Pruebas validadas, Boudou procesado

Cuando el Gobierno aún no ha podido digerir la multitudinaria marcha del silencio que se realizó por la muerte del fiscal federal de la causa Amia, Alberto Nisman y justo el día del cumpleaños de la presidenta Cristina Kirchner, la Cámara Federal confirmó el procesamiento de su vice, Amado Boudou, en el caso Ciccone.

Se trató de un fallo unánime de la Sala I de la Cámara, que consideró probado que Boudou se quedó con el 70 por ciento de la exCiccone Calcográfica, la imprenta que ganó el contrato para imprimir los billetes de 100 pesos.

Se dio por probado también que lo hizo a través de la firma The Old Fund como parte de una coima, para salvar la empresa de la quiebra, para lo cual incurrió en negociaciones incompatibles con su cargo de ministro de Economía, entre 2009 y 2011.

La Cámara confirmó también los procesamientos del socio e íntimo amigo de Boudou, José María Núñez Carmona; de su presunto testaferro, Alejandro Vandenbroele, y de su jefe de Gabinete en el Palacio de Hacienda, Guido Forcieri.

En el fallo la Cámara consideró probada no sólo su relación con Vandenbroele sino que también validó las múltiples reuniones que el entonces ministro de Economía mantuvo con la familia Ciccone en los estudios del canal Telefé, el bar I Fresh Market y el hotel Hilton de Puerto Madero, que habrían sido los ámbitos de las negociaciones previas. También se decidió que continúen procesados el empresario dueño de la imprenta, Nicolás Ciccone, y Rafael Resnick Brenner, por entonces jefe de Gabinete del titular de la Afip. Porque a pedido de Boudou, para quienes no lo recuerden, la entidad no sólo levantó el pedido de quiebra sobre la calcográfica sino que dio una amplísima moratoria para sostener la empresa. Precisamente a cambio de “ese favor”, es que el vicepresidente se quedaba con el 70 por ciento del paquete accionario y los dueños con el 30.

El revés es enorme para Boudou, para la Afip y para el oficialismo en general, porque si bien el vice está procesado en otras causas, ésta es la verdaderamente importante ya que atañe directamente a su función pública. No es lo mismo falsificar el 08 de un auto, aunque tenga consecuencias jurídicas, que apropiarse de una empresa ejerciendo influencias políticas. El caso de la exCiccone es un ejemplo muy serio de corrupción, como lo fue Skanska o en su momento las malversaciones en Pami o los de-saguisados de las privatizaciones en la gestión de Menem. Pero en este caso, además de verse afectado interiormente el país, está el efecto internacional, la visión que el mundo puede tener de la Argentina, ya que el protagonista es parte de la primera magistratura. La lectura más lógica sería: si el vicepresidente obra de esa manera, cómo lo hará el resto del Gobierno. De esta manera, se proyecta una imagen poco seria al concierto mundial que, entre otras cosas, va en detrimento de las relaciones comerciales, las posibilidades de crédito y de flujo de inversiones, muy necesarias en este momento por cierto. 

Decimos que la Afip también sufrió grave revés, porque los camaristas que ratifican el procesamiento a Boudou piden que se investigue más al organismo y le solicitan al juez que esclarezca las causas específicas por las cuales se llegó al consentimiento que la Afip prestó para que se levantara la quiebra de la empresa y la identidad de los funcionarios que arribaron a esa decisión; las circunstancias que llevaron al organismo a no reclamar, por el transcurso de más de un año, a la contribuyente la adecuación a un nuevo plan de pagos, a pesar del rechazo del pedido original y de la restitución de la planta a favor de la concursada el día 8 de julio de 2011. Claramente los magistrados tienen la respuesta, pero en derecho hay que agregar las pruebas e indagar en los testimonios para poder proceder a las acusaciones que se producirán dentro del organismo recaudador.

Con sus procesamientos confirmados, Boudou y el resto de los protagonistas del caso Ciccone quedaron un paso más cerca de afrontar un juicio oral. Pero como quedan instancias de defensa y apelaciones, Boudou no enfrentará esa instancia antes de diciembre en que expira su mandato. Esta cuestión le evita al Gobierno la foto de Boudou en el banquillo de los acusados, pero al vicepresidente cuando lo juzguen será un ciudadano común y los resultados de esta causa pueden ser una pesada carga para el y los procesados. De todos modos, la mancha para el kirchnerismo ya está, lo que resta es disimularla todo lo que sea posible; evitar el juicio antes de las elecciones es un modo.

El único de los procesados por Lijo en primera instancia a quien le revocaron la imputación por falta de pruebas suficientes fue el yerno de Ciccone, Guillermo Reinwick, ya que si bien habría participado de algunas conversaciones lo hizo al sólo efecto de acompañar a su suegro. La Cámara le dio otra señal positiva a Reinwick al ordenar que su denuncia por las amenazas que dijo recibir del socio de Boudou, Núñez Carmona, pase a ser investigada por Lijo como una parte más del caso Ciccone, en vez de ser instruida por otro juez federal.

La Justicia Federal ha realizado un buen trabajo en esta causa, sin el miramiento de que el vicepresidente de la Nación sea el principal responsable puesto en el banquillo. Lo que no deja de ser una buena noticia frente a una Justicia que está tan sospechada de parcialidad en estos tiempos. De todos modos sería ingenuo pensar en una casualidad que el dictamen de procesamiento haya salido ayer. Es un secreto a voces que tras el affaire Nisman, las relaciones con el Poder Judicial no pasan por su mejor momento. Y pisar el acelerador en los expedientes que rozan el Gobierno es un modo de marcar la cancha, del mismo modo que lo hizo el oficialismo con la posición tomada respecto de la marcha de los fiscales. De todos modos, el oportunismo de los pasos no quitan la viabilidad de la causa: corrupción hubo.

En el plano político ahora habrá que ver la actitud de la presidenta frente a la oleada de juicios políticos que se han vuelto a presentar contra su vicepresidente en el Parlamento. Sólo horas después de conocido el fallo de la Cámara, así lo solicitaron los diputados nacionales Manuel Garrido (UCR) y Patricia Bullrich (Unión PRO), en tanto que la legisladora por GEN Margarita Stolbizer reclamó a la presidenta que tome las medidas necesarias. Y se volverán a poner en discusión las solicitudes ya presentadas antes de que quede firme el procesamiento que no son pocas.

Hasta ahora la presidenta protegió a Boudou de los embates de sus pares del Senado y de los diputados, en contra de la opinión de la mayoría oficialista que considera que ya no hay cómo sostener al funcionario. Veremos si ahora le suelta la mano o, como piensan la mayoría de oficialistas y opositores, lo seguirá resguardando del juicio político, quizá porque a esta altura Boudou puede haber sido un peón en el juego del poder, pero los pasos, los podría haber guiado el propio Néstor Kirchner. Esa sería una complicación que se sumaría a un Gobierno que ya tiene demasiados frentes judiciales abiertos.