Editorial

¿Vandenbroele será otro protegido?


El presunto testaferro del vicepresidente Amado Boudou, acorralado por la Justicia argentina por el caso de la exCiccone y por la Justicia uruguaya por delitos de lavado de dinero, encontró un atajo para evitar la rápida extradición. El viernes el juez en lo Penal Tributario, Javier López Biscayart, había citado a declaración indagatoria para el 26 de marzo y el lunes le informó al juez de Mendoza, Walter Bento, que si para esa fecha Alejandro Vandenbroele sigue detenido, lo envíe directamente a sus tribunales.

López Biscayart investiga al expresidente de The Old Fund, la empresa que se quedó con Ciccone Calcográfica, en una causa en la que la Afip es querellante y se acusa a Vandenbroele de infracción del artículo 9 de la Ley Nº 24.769. Lo que pena este artículo es la apropiación indebida de aportes de trabajadores de la imprenta encargada de hacer papel moneda en Argentina. El problema es lo que vaya a decir Vandenbroele porque el vicepresidente de la Nación lo tenía como contador y testaferro como a su amigo Núñez Carmona. Y si se ve aislado, puede contar lo poco que falta de la trama para una condena segura a Amado Boudou. No olvidemos que el vicepresidente decía no conocerlo y las investigaciones judiciales demostraron todo lo contrario: lo conocía y trabajaban juntos para quedarse con el 70 por ciento de la exCiccone, a cambio de evitarles la quiebra pedida por la Afip, todo lo cual sucedió y está probado.

En síntesis, lo que la Justicia da por sentado y que finalmente determinó el procesamiento de Vandenbroele y de Boudou es que el primero hizo la maniobra de apropiación por cuenta y orden del vicepresidente.
En realidad, el llamado a indagatoria fue librado en la Justicia porteña cuando Vandenbroele aún estaba en libertad. Pero al hacerse pública su detención en Mendoza, el trámite se completó con el envío de un oficio al juez Bento para notificarlo de la citación en el tribunal de la Ciudad de Buenos Aires. La extradición al vecino país, por otra parte, está demorada; la Justicia uruguaya había advertido que esto podría suceder debido a la existencia de procesos judiciales en Argentina.

Mientras tanto la defensa del testaferro pidió la excarcelación y la Justicia Federal con competencia en la provincia de Mendoza debe ahora expedirse; el plazo de 24 horas para hacerlo vence hoy. Pesa mucho en el caso de Vandenbroele las altas probabilidades de fuga, lo que determinaría que, si su abogado no esgrime sólidas garantías, Bento se incline por la prisión preventiva a la espera del juicio. No sucede lo mismo con Boudou, quien por su condición de vicepresidente podrá esperar el proceso en libertad. 

Hace más de un año que Alejandro Vandenbroele tiene pedido de captura internacional pedido por un juez uruguayo para tomarle indagatoria, por sospechas de lavado de dinero, además de tener en firme el procesamiento de la Justicia argentina por supuestos negocios ilegales con Boudou por el caso Ciccone. Y si bien la extradición a Uruguay podría demorar meses e incluso años, fue por la causa activa en el país vecino que se llegó a este punto, con el supuesto testaferro del vicepresidente detenido.

El viernes, horas después de conocerse la circular roja emitida por Interpol, con pedido de captura internacional, se produjo la detención de Vandenbroele en Chacras de Coria, en el departamento de Luján de Cuyo, cuando iba a dejar a su hija en la casa de su exesposa, Laura Muñoz.

En cuanto a la extradición, el juez dijo que el fuero penal de la Justicia uruguaya, especializado en el crimen organizado solicitó la detención preventiva con fines de extradición, en principio por haber sido partícipe en delitos de blanqueo de capitales en su país de origen con la recepción y empleo de una importante suma de dinero en nuestro país, que no encuentra justificación alguna en negocios regulares que se vienen cumpliendo.

Lo curioso es que una cuestión doméstica fue lo que desnudó la trama. Porque Vanderbroele no se priva de nada: haciendo negocios multimillonarios, comete la torpeza de poca hombría de no pagar las manutenciones de sus hijos. Fue gracias a su exesposa Laura Muñoz que, al solicitar los alimentos para los hijos en común en medio de una tormentosa separación, narró al juez que su marido tenía negocios muy importantes con el vicepresidente de la Nación, por ejemplo que habían comprado la exCiccone y que su esposo era el testaferro. Así salió a la luz el caso de la calcográfica, producto de un despecho de esposa abandonada y no de una investigación judicial, que vino después, cuando la Justicia sobre la base de esos datos se puso a indagar y fue hallando pruebas que devinieron en el vicepresidente de la República procesado.

Lo cierto que estando el financista en la mira por sus faltas en la órbita familiar, todos sus movimientos fueron analizados y resultó que sus negocios eran turbios en las dos orillas del Río de la Plata, por lo cual, ahora está entre el caso Ciccone y la extradición por lavado de dinero. Una situación de lo más dificultosa y de la que no saldrá bien parado, es de esperar, ni en la Justicia argentina ni en la uruguaya.

El tema es que, cuando el lavado de dinero se hace por cuenta y orden de funcionarios del Gobierno, como sería este caso, la protección para el testaferro es mucha. Vale decir que si la presidenta no le ha soltado la mano a Boudou, tampoco se dejará a la deriva a Vandenbroele. Su apariencia tranquila, despreocupada, al momento de ser detenido da que pensar.


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