Para Dietrich hacen falta 20 años de integración al mundo

El ministro de Transporte visitó Pergamino el viernes para anunciar la próxima habilitación de un tramo de la autopista. En diálogo con LA OPINION resaltó que si bien son muchas las obras, lo importante es que hay un cambio de paradigma en valores como sociedad. Confía en que el electorado ratificará a Macri como presidente.

El ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, uno de los funcionarios de mayor relevancia del equipo del presidente Mauricio Macri, sostuvo durante su visita a Pergamino que “la Argentina necesita 20 años para darle continuidad a un proceso de reconstrucción de valores que comenzó en 2015”, para lo cual considera que es necesario un período más de gestión del actual mandatario nacional.

Dietrich estuvo en Pergamino el viernes para anunciar la próxima habilitación de un tramo de la autopista. En ese marco concedió una entrevista a LA OPINION, en la que puntualmente habló sobre el rumbo del país.

-El Gobierno del presidente Macri se caracteriza por obras y, en ese contexto usted pasa a ser un hombre clave. ¿Se imaginaba este rol al asumir?

- Todos en el gobierno de Mauricio cumplimos un rol importante. Siempre digo que sin el trabajo que hace Nicolás Dujovne, por ejemplo, no tendríamos los recursos para hacer estas obras como la autopista a Pergamino. Estamos muy articulados y trabajando muy bien como equipo.

Con respecto a las obras, es cierto que estamos haciendo muchas. En los últimos 90 días terminamos varias y al hacer un repaso realmente es impactante: inauguramos con Mauricio el lunes 140 kilómetros de la ruta Nº 40 en Mendoza, que era de ripio y hoy es una ruta de montaña asfaltada, con puentes que cruzan ríos, que conecta Malargüe con la ciudad de Mendoza y permite reducir en más de 100 kilómetros esa vinculación. El sábado inauguramos un taller ferroviario en La Plata que estaba cerrado desde 2001, el martes inauguramos una parte del nuevo aeropuerto de Bariloche, presentamos dos tramos de Metrobús en la provincia de Buenos Aires, los 10 kilómetros de autopista en la ruta Nº 7 en San Andrés de Giles, el Paseo del Bajo en Buenos Aires que impacta a choferes de camiones y micros de todo el país.

Las obras son una obsesión para Mauricio, me llama casi todos los días para saber cómo estamos avanzando y tenemos reuniones de seguimiento. Por ejemplo el martes en reunión de Gabinete comenté que me iba a Bariloche y el jueves en la otra reunión me preguntó cómo estaba el aeropuerto de Bariloche.

-¿Cómo cree que impactan estas obras en el ánimo de la gente?

-Todo esto ha ayudado a que la gente vea que hay algo distinto en la Argentina. Por un lado la situación económica con el dólar más tranquilo, la inflación bajando ayuda, pero también ayuda mucho que argentinos que éramos descreídos porque la ruta 8 se prometió durante décadas y nunca se hizo nada, de golpe puedan empezar a creer porque ven que cosas que parecían imposibles se están haciendo.

-¿Considera que el factor económico, que tanto afectó al bolsillo de los argentinos, pueda sopesar más que tantas obras realizadas a la hora de votar?

-El tiempo y la historia irán diciendo respecto de si las decisiones en materia económica fueron aciertos o desaciertos. Tomamos el país en una situación económica que era catastrófica. Muchas veces se dice que no explicitamos la situación de entrada con toda la claridad del caso, pero recuerdo que en marzo de 2016 hicimos un informe llamado ‘El estado del Estado’ donde mostramos muchas de las cosas que encontramos, pero la verdad es que a medida que fue pasando el tiempo nos fuimos encontrando con cosas muy graves, con un Estado que había crecido mucho en gastos pero a la vez la calidad del servicio que daba era muy baja.

En Vialidad, por ejemplo, recibimos obras licitadas por cinco años el presupuesto de Vialidad, por lo que eran imposibles de concretarlas. Era mentira esa licitación. Por eso empezamos a sincerar los números y cuando pudimos empezamos a hacer obras. Tampoco había inventarios, ni sistemas y las licitaciones se hacían sin ningún grado de transparencia.

En síntesis, no hicimos lo que quisimos hacer si no lo que pudimos hacer y dentro de eso, si bien vivimos momentos muy difíciles, también como equipo evitamos una crisis como la de 2001. Entonces creo que están las dos miradas: hay millones de personas que la pasaron muy mal económicamente porque se sumaron las subas de tarifas que era otra situación que había que acomodar porque recibimos un país sin energía. Muchos creyeron que íbamos a terminar por los aires como país y realmente ese era un riesgo, pero si no hubiese existido la convicción de Mauricio en que las cosas se fueran acomodando, no sé qué hubiese pasado.

A la par, tuvimos una cosecha muy mala el año pasado impactada por la sequía, pero este año están confirmadas 147 millones de toneladas (récord histórico) y eso no solo cambia el humor de ciudades como Pergamino sino también la realidad económica. Pero por sobre todo creo que más allá de una obra o una situación económica, la mayoría de la gente, ahora que se disipó bastante la niebla, está viendo que en Argentina lo que hubo es un cambio profundo, un cambio de valores, y creo que la gente que sigue nuestro proyecto es por una cuestión de valores y detrás de esos valores está una obra hecha con transparencia para esa gente.

-¿Son necesarios otros cuatro años para culminar esta gestión?

- Es necesario que en los próximos 20 años Argentina siga un camino de desarrollo de integración al mundo, de transparencia, de no mentir, de transformaciones profundas, de instituciones, de federalismo, de libertad de expresión, de austeridad, de equilibrio macroeconómico, de desarrollo de las economías regionales en todo el país, por eso hay que conectar las regiones con rutas, vuelos, vías. Y para que esas economías puedan exportar tiene que haber puertos competitivos, aeropuertos desarrollados, trenes de carga  Y en ese proceso de 20 años se hacen fundamentales otros cuatro años con Mauricio como presidente, claramente, pero después será importante continuar por este camino porque en Argentina lo que ha faltado es esa política de Estado.

Hoy tenemos un cambio que decidieron los argentinos en 2015, porque no hay que perder perspectivas que hace cuatro años había un gobierno populista, que mentía sistemáticamente y todo indicaba que íbamos a seguir por ese camino, por lo menos eso decían los analistas, y sin embargo la mayoría de los argentinos eligieron el cambio, lo validaron en 2017 y lo van a ratificar en 2019.