Las ocasiones en que el Diario dejó de salir

En cien años fueron dos las veces en que por diversas circunstancias el Diario no se imprimió.

En cien años fueron dos las ocasiones en que por diversas circunstancias el Diario dejó de salir. En 1950, cuando Don Enrique Venini contaba con la invalorable colaboración de sus hijos Julio, Raúl y Aída junto a su esposo Jaime Kessler, LA OPINION sufrió la primera interrupción. Por entonces la compra de papel, insumo principal para poder aparecer, era regulada por el Estado que discrecionalmente concedía o no la autorización para retirar bobinas de las casas proveedoras, según la postura política de cada periódico. En este contexto, LA OPINION fue víctima de la falta de abastecimiento, una verdadera mordaza a la prensa. Los hombres de la prensa realizaron numerosas gestiones en Buenos Aires, ante una comisión bicameral que entendía en la cuestión. Pero la participación en este espacio de José Emilio Visca, una persona que guardaba un encono particular hacia Pergamino en general y hacia LA OPINION en particular, tornó aún más difícil el éxito de estas tramitaciones. Finalmente y aunque sin llegar a un volumen similar al anterior al conflicto, en abril de ese mismo año- dos meses después de la interrupción de la salida-, el Diario volvió a recibir papel y volvió a estar en manos de sus lectores. Sin dudas, este episodio resignificó la relación de los pergaminenses con el Diario y con la importancia de contar con un medio local que en forma periódica y permanente reflejara el acontecer de la ciudad.

Aquellas gestiones serían el germen de lo que hoy es Papel Prensa y de la Cooperativa de Provisión de la Prensa Argentina, de cuyo grupo fundador fue parte Don Julio Venini.

También significó una clara muestra del compromiso de LA OPINION con la democracia. Y por tal lo convirtió en blanco de todo tipo de ataques, cuando quienes ejercían el Gobierno no comulgaban con ese sistema. 

En este contexto, las instalaciones del Diario fueron atacadas con proyectiles e incluso grupos políticos ingresaron al edificio. Pero el compromiso con el diario y la información hizo que incluso aquellos periodistas que adherían a la ideología del gobierno se atrincheraran en la redacción y dieran pelea a quienes perpetraban el ataque por considerar que era una gran injusticia tomar por asalto a LA OPINION. Así defendieron su lugar de trabajo y, sobre todo, la libertad de prensa, tan vapuleada a lo largo de la historia.

Más adelante en el tiempo, la segunda interrupción de la salida del Diario se dio sobre el final de la gestión de la familia Venini, en julio de 1989, cuando la imposibilidad económica de adquirir papel y otros insumos obligó a suspender la edición durante varios días. La impresión se reinició ya en la administración de Hugo Apesteguía y desde entonces, cada mañana LA OPINION ingresa a la casa de los pergaminenses. Ni siquiera el incendio que causó estragos en la sede del Diario, en la máquina impresora y en los archivos ocasionó que la salida del diario se viera afectada, esto producto del esfuerzo de quienes trabajando en el Diario asumieron un compromiso y contaron las noticias del día con el sello de LA OPINION, aún en la adversidad de esos tiempos.