El jefe de la Casa Blanca encabezó un acto en el Monte Rushmore, donde están esculpidos los rostros de los primeros presidentes de Estados Unidos y criticó a los manifestantes que protestan contra el racismo. Además evitó hablar del coronavirus.
Buenos Aires (clarín.com) - A los pies del majestuoso Monte Rush-more en la víspera del Día de la Independencia, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hizo un llamado directo a los votantes blancos descontentos, cuando faltan cuatro meses para las elecciones, y acusó a los manifestantes que reclaman justicia racial de participar en una “campaña despiadada para borrar nuestra historia”.
El presidente profundizó en la división que vive el país con un tono discordante frente a un electorado golpeado por la pandemia de coronavirus y herido por la injusticia racial tras los asesinatos de varios afroestadounidenses, en muchos casos en manos de policías. El jefe de la Casa Blanca se hizo presente en un espectáculo de fuegos artificiales en la víspera de la fiesta nacional del 4 de julio, y dio un discurso ante el monte de granito donde están esculpidos los rostros de cuatro de sus predecesores históricos, George Washington, Thomas Jefferson, Theodore Roosevelt y Abraham Lincoln.
Trump no hizo referencia a los alarmantes récords de contagios y muertes de coronavirus en los últimos días en el país. Se centró en cambio en la profanación que algunos manifestantes hicieron de monumentos y estatuas de generales confederados, que lucharon en la Guerra de Secesión (1861-1865) contra la abolición de la esclavitud.
“Este movimiento está atacando abiertamente el legado de cada persona en el Monte Rushmore”, dijo Trump, quien lamentó la “cultura de la cancelación” y acusó a parte de la izquierda política de “difamar a nuestros héroes, eliminar nuestros valores y adoctrinar a nuestro hijos”.
Según el mandatario, los estadounidenses deberían hablar orgullosos de su herencia y no deberían tener que disculparse por su historia. “No nos asustarán, no seremos degradados y no nos intimidará la gente mala y malvada”, agregó Trump. “Eso no ocurrirá”, remarcó. El discurso y los fuegos artificiales en el Monte Rushmore se celebraron en el contexto de una pandemia que ha matado a más de 125.000 estadounidenses. El presidente voló al otro lado del país para reunir a una gran multitud de simpatizantes, la mayoría sin barbijo, y todos ignorando los lineamientos que recomiendan no participar en grandes concentraciones.
La discordia aumentó cuando el equipo de Trump confirmó durante su discurso que Kimberly Guilfoyle, una de las principales recaudadoras de fondos de la campaña y pareja del hijo mayor del presidente, Donald Trump Jr., había dado positivo al coronavirus durante la visita a Dakota del Sur.