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Disturbios en París en otra jornada de protestas de los “chalecos amarillos”


 La policía antidisturbios se enfrenta con los “chalecos amarillos” en cercanías del Arco del Triunfo en París (NA)

'' La policía antidisturbios se enfrenta con los “chalecos amarillos” en cercanías del Arco del Triunfo en París. (NA)

Por cuarto sábado seguido se manifestaron en la capital de Francia contra el gobierno de Emmanuel Macron, a quien consideran el presidente de los ricos. Más de 1.300 personas fueron detenidas, 581 en París por llevar máscaras, martillos o adoquines. En el resto del país prevaleció la calma a pesar de que muchas carreteras y autopistas estuvieron bloqueadas.


PARIS, (AFP-NA) - Las protestas de los “chalecos amarillos” degeneraron en enfrentamientos ayer en París, donde hubo cientos de detenciones y entraron en acción vehículos blindados por primera vez en la historia de la ciudad, mientras que en provincias las manifestaciones transcurrieron en relativa calma.

Hubo disturbios en varios puntos de la capital, donde miles de “chalecos amarillos” protestaron por cuarto sábado consecutivo contra el gobierno de Emmanuel Macron, a quien consideran el presidente de los ricos. Manifestantes, algunos ataviados con los chalecos amarillos convertidos en el símbolo del movimiento de contestación popular, intentaron incendiar la fachada del Drugstore Publicis, un establecimiento comercial de lujo ubicado en la avenida de los Campos Elíseos, donde la tensión subió a primeras horas de la tarde.

Pese a que la mayoría de los comercios de la avenida estuvieron cerrados y sus fachadas protegidas con tablas de madera, algunos manifestantes lograron entrar en la tienda antes de ser expulsados por la policía mediante el uso de gases lacrimógenos. Una mujer resultó herida en la cabeza. En las calles adyacentes al Arco del Triunfo, epicentro de los disturbios del fin de semana pasado, algunos coches fueron quemados.

Denis, de 30 años, vino a París desde Caen. “¡El objetivo es ir al Elíseo!, sede de la presidencia, en una calle paralela a los Campos Elíseos. Hago esto por el futuro de mi hijo, no puedo permitir que viva en un país en el que otros se enriquecen a nuestra costa”, dijo.

Cerca del Centro Pompidou, un museo de arte moderno, los blindados apagaron una barricada. Una imagen nunca vista en la Ciudad Luz. La Torre Eiffel, el museo del Louvre y numerosas tiendas estuvieron cerradas, algo inaudito en el periodo prenavideño. Hubo unos 125.000 manifestantes en toda Francia, señaló el secretario de Estado del Interior, Laurent Núñez.

El dispositivo de seguridad fue imponente, con cerca de 90.000 policías movilizados en todo el territorio, pero las escenas de guerrilla urbana que hace una semana impactaron al mundo se repitieron. Más de 1.300 personas fueron detenidas en todo el país, entre ellas 581 en París por llevar consigo máscaras, martillos o adoquines. Algunos fueron arrestados a “título preventivo” durante la semana.

Calma en el resto del país

En el resto del país parecía prevalecer la calma a pesar de que muchas carreteras y autopistas estaban bloqueadas. La autopista que conecta París con Burdeos estaba totalmente paralizada después de que un centenar de personas prendieran fuego a palés de madera y a neumáticos.

En la frontera franco-española, los “chalecos amarillos” montaron una barricada selectiva que bloqueaba el paso de los camiones procedentes de España, informó la prefectura de los Pirineos Atlánticos. En Marsella, 2.000 “chalecos amarillos” desfilaron por el centro de esta ciudad del sureste de Francia. “Es la primera vez que me manifiesto. Recibo 1.248 euros de jubilación y son mis cuatro hijos los que me tienen que ayudar”, explicaba Sylvia Paloma, de 70 años.

En algunas regiones de Francia, las autoridades prohibieron las manifestaciones, así como la venta y transporte de gasolina, los artificios pirotécnicos y productos inflamables o químicos. Muchos de los “chalecos amarillos” se manifestaron sin violencia. Los más radicalizados y sobre todo miembros de grupos de extrema derecha y extrema izquierda irrumpieron en las protestas y se enfrentaron a la policía.

Algunos manifestantes lamentaron otro sábado con destrozos. “Que destruyan los bancos, las multinacionales, no me importa, pero los pequeños comercios, es algo totalmente estúpido”, consideraba Anthony, un manifestante de 23 años.

Tuit de Trump

El presidente estadounidense Donald Trump echó leña al fuego. “El Acuerdo de París no está funcionando muy bien para París. Protestas y disturbios por toda Francia”, escribió Trump en un tuit. “La gente no quiere pagar grandes sumas de dinero, muchas a países del tercer mundo (que están dirigidos cuestionablemente), para tal vez proteger el ambiente”, siguió en un tuit publicado mientras se desarrollaba en Polonia la 24ª Conferencia sobre Clima de la ONU.

Esta ola de manifestaciones comenzó el 17 de noviembre en oposición a un aumento de los impuestos a los combustibles. Macron cedió esta semana a algunas de las demandas de los manifestantes. Anuló el alza del gravamen a los combustibles, que formaba parte de un plan para combatir el cambio climático, y congeló los precios del gas y la electricidad durante los próximos meses. Estas medidas no han sido suficientes para apagar la cólera de un movimiento sin estructura ni dirigentes, que expresa el hartazgo de la clase media por la pérdida de poder adquisitivo. Con el paso de los días otros sectores, sobre todo los estudiantes, se sumaron a las protestas. “¡Despiértense, vengan con nosotros, pónganse un chaleco amarillo!”, gritaban ayer en París algunos manifestantes dirigiéndose a los gendarmes.

Macron, cuya popularidad se ha derrumbado, se mantiene en silencio, en medio de la peor crisis de su presidencia. Está previsto que hable la próxima semana. La crispación en el país es extrema. La desconexión entre los ciudadanos y los políticos va en aumento. En este contexto, varios colaborados de Macron recibieron amenazas de muerte. El diputado Benoit Potterie afirma haber recibido una bala por correo. A nivel internacional, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, criticó la “violencia desproporcionada” de las autoridades. Ankara reprimió con gran dureza policial las manifestaciones antigubernamentales de 2013.

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El presidente estadounidense Donald Trump echó leña al fuego. “El Acuerdo de París no está funcionando muy bien para París. Protestas y disturbios por toda Francia”, escribió Trump en un tuit. “La gente no quiere pagar grandes sumas de dinero, muchas a países del tercer mundo, para tal vez proteger el ambiente”, siguió en un tuit.

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