Perfiles pergaminenses

Nicolás Bilicich: testigo y protagonista de la historia en sus 93 años de vida


 Nicols Bilicich junto a María Lidia Montero 65 años de casados y una vida plena (LA OPINION)

'' Nicolás Bilicich junto a María Lidia Montero, 65 años de casados y una vida plena. (LA OPINION)

 

Nació en Acevedo y vivió en distintos lugares, uno de ellos Urquiza, donde conoció a su esposa. Su retina guarda el recuerdo de un Pergamino distinto y anécdotas de vivencias sencillas. Camionero, trabajador de campo, zapatero,  jubilado y carpintero por hobby, asegura que la clave de la longevidad está en creer en Dios y mantenerse activo.  

 

Nicolás Antonio Bilicich tiene 93 años. Como tantas personas de su generación tiene una parte de su vida vinculada al campo, con rutinas de trabajo y niñez transcurrida en contacto con la naturaleza. Nació en Acevedo y pasó gran parte de su vida en distintos lugares, casi todos de campo. Primero fue en su pueblo natal, más tarde en Tacuarí, cerca de Salto y luego en Urquiza, donde comenzó a organizar su vida y donde se enamoró de su compañera: María Lidia Montero, con quien hace 65 años que está casado. Los une la complicidad y la clave que les ha permitido estar juntos por años: la tolerancia. 

Recibe con humildad la entrevista para trazar su “perfil pergaminense” y se disculpa por no tener “nada extraordinario para contar”. “He tenido una vida simple, nada extraordinario, trabajé desde muy chico y siempre fui muy inquieto”.

En lo simple está la esencia de su relato. Es parte de una generación que fue protagonista y testigo de la historia de grandes transformaciones. El campo, la ciudad, la vida, todo era distinto a como es ahora. En su memoria están esos retazos. Tiene dificultades para escuchar, pero se lo ve saludable, como quien abraza la vida con sencillez y cierta cuota de picardía. Le gusta vivir y lo señala en varios momentos de la charla.

“Mi nombre es Nicolás Antonio, pero me dicen ‘Chiquito’ porque era uno de los menores de mis hermanos, éramos nueve, siete mujeres y dos varones y todos nos criamos en el campo, aprendiendo que hay que trabajar desde temprano”, refiere en el comienzo de la charla. Testigos de la conversación son su hija Silvia y su esposa María Lidia, que lo escucha con atención y asiente varias anécdotas con la complicidad que dan los años. 

“Tengo 93 años cumplidos y gran parte de mi vida la he pasado con ella, la conocí en Urquiza, donde vivíamos, yo tenía 27 años y ella apenas 17 cuando nos casamos”, señala y cuenta que ella era la hija del policía del pueblo. “La conocí en un baile y siempre la veía caminando por la calle”, comenta y confiesa que la eligió enseguida para que fuera su compañera de vida. Estuvieron un año de novios y se casaron. No se separaron desde entonces.

“Mi infancia había sido en el campo, en Acevedo, donde me anotaron. Mis padres, Nicolás y Vicenta, trabajaban en las chacras y mis abuelos paternos habían venido de Yugoslavia, lo que hoy es Croacia”, refiere.

“Vivimos unos años en Acevedo y después nos fuimos cerca de Salto, a Tacuarí, donde hice la escuela primaria”, agrega y señala que desde siempre se recuerda trabajando. “Siempre estuvimos en el campo, tuve una infancia linda, sencilla, como era todo entonces, desde muy chicos trabajábamos cuidando a los chanchos y cortando yuyos”.

Eso seguramente fue marcando en él una impronta y durante su vida siempre estuvo dispuesto a realizar “cualquier tarea”.

 

La llegada a Pergamino

Recuerda con añoranza el tiempo de su vida en Urquiza. Quizás porque allí conoció a su compañera. “Nos casamos allá y después nos vinimos a vivir a Pergamino, en la calle 3 de Febrero”.

En 1959 ya estaban casados y tenían todo por construir. “Nos fuimos armando despacito, había agarrado un reparto de vinos y me dediqué a eso durante algún tiempo. Después le salí de garantía a un muchacho para comprar un camión y resulta que como no pagaban la cuota la terminé pagando yo. Me quedé con la mitad del camión y con un socio comenzamos a trabajar, viajábamos muchos, hacíamos changas, manejé bastante, en un tiempo hacíamos la ruta Mendoza-Buenos Aires. Con el tiempo logramos comprar un acoplado, eso significó una fuerte inversión y también más progreso”.

De sus anécdotas como camionero recuerda una puntualmente: el día que conoció al actor Luis Sandrini llevándole hasta su casa un reparto de ladrillos.

“Llegamos y estaba él en persona, recuerdo que nos hizo pasar a la cocina y nosotros no queríamos entrar porque estábamos sucios de cargar y descargar, insistió diciendo que no nos preocupáramos que luego la mucama limpiaba, me quedé con la imagen de un tipo muy sencillo al que me gustó conocer”, relata.   

No fue el único “famoso” con el que tuvo contacto a lo largo de su vida. Antes, en su adolescencia y debido a un problema de columna que lo obligó a estar internado en el Hospital Rawson, fue atendido por Alberto Castillo, el cantor de “Los cien barrios porteños”.

“De joven tuve un problema de columna, me había caído del caballo y tuve que atenderme en Buenos Aires. El médico era Alberto Castillo, el cantante que era médico. Yo tendría 16 ó 17 años y él me decía ‘gringo’, recuerdo que cuando iba a la sala para atendernos entraba cantando”, cuenta.

 

En el campo

Cuando fue tiempo de dejar el camión vendió su parte y se dedicó a trabajar con su cuñado en el campo. “Teníamos a medias una máquina de trillar así que nos dedicábamos a eso. Era tiempo de mucho trabajo y pasábamos temporadas en los campos”, menciona.

 

La familia

Con su esposa logró armar “una linda familia”. Tuvieron tres hijas: Matilde, Silvia y Daniela. Hoy disfrutan de sus nietos: Nicolás, Martín, Claudia, Carolina, Luciana, Isidro, Marco y Facundo. “Son lo mejor que tengo”, menciona, mientras su esposa asiente.

 

Testigo de la historia

Sus 93 años recorrieron la historia y fueron testigos del progreso. “Pergamino era un lugar muy distinto al de hoy. Era más chico, después se fue agrandando, la gente se divertía haciendo cosas sencillas. Recuerdo que me gustaba mucho ir a los bailes de campo, me veo bailando en Fontezuela, Urquiza y Da Fonte, eran los tradicionales bailes de campo”.

Su presente es sencillo. “Ahora estoy jubilado, me gusta dormir y comer. Hasta hace un tiempo andaba en bicicleta, pero ya no porque estoy un poco sordo”, señala.

También confiesa que su paseo es ir al Club Compañía a jugar a los naipes “con algunos amigos”.

“Me gusta jugar al chin chón, al truco, también a las bochas, aunque ya menos”.

Hasta hace poco trabajó como zapatero en su casa. “Aprendí el oficio con un tío que estaba en Salto. El era zapatero y aprendí de verlo. Trabajé en casa hasta hace poco como zapatero remendón, pero ya dejé, no quiero trabajar más”.

En su tiempo libre se entretiene “haciendo ‘chucherías’ con maderas que encuentro”.

En su comedor hay varios muebles construidos con sus propias manos. “Esta mesita la hice yo, y siempre que puedo hago algunos cachivaches”, refiere con humildad.

“Siempre me gustó la carpintería y aprendí por mi cuenta, pero no lo hago como un trabajo, es algo que hago por placer”, aclara.

Es autodidacta y agradecido a la vida por todo lo que le ha dado. Actualmente vive con su esposa en el barrio Trocha y está siempre rodeado de afectos. “Durante toda mi vida fui muy activo y me llevo bien con la edad, salvo algunos achaques y dolores, me siento bastante bien. Me complica que escucho poco, pero me defiendo”.

No tiene grandes sueños pendientes. Pero sí tiene un deseo: seguir viviendo. 

“Me aferro a eso, creo que la clave para vivir tantos años es creer en Dios y estar en movimiento”, asevera con la templanza que da el transcurso del tiempo. Su andar es pausado, pero no pierde el sentido del humor. Disfruta de rutinas sencillas y le gusta el lugar en el que vive. “Este barrio es muy tranquilo, la gente es muy buena. Casi todas mis vecinas son viudas, pero aquí estoy yo para acompañarlas a todas”, dice con una sonrisa dibujada en el rostro, que lo pinta de cuerpo entero como la mejor semblanza.

 

 


Otros de esta sección...
BuscaLo Clasificados de Pergamino y su región
Buscar en Archivo
Tapa del día
00:00
15:42
Errores:  0
Pistas:  38

Tu mejor tiempo:
12:07
Registrate o Ingresá para poder guardar tus mejores tiempos.

Nueva Partida
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Editorial
Funebres
Perfiles Pergaminenses
Lejos del pago
Farmacias de turno

LO MÁS LEÍDO