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Al encabezar un acto en un polideportivo donde funcionó el centro clandestino de detención Mansión Seré, la jefa de Estado sostuvo que muchos civiles “tuvieron que ver” con los crímenes de la dictadura, ya que “los que están presos son los militares, pero los que se beneficiaron económicamente están al frente de muchas empresas y vivitos y coleando”.
Buenos Aires, (NA) - La presidenta Cristina Kirchner cargó duro ayer contra el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, por haber dicho que si llega a la presidencia terminará con “el curro de los derechos humanos” y reclamó a los precandidatos a la sucesión que se pronuncien sobre las políticas que llevarán a cabo en esa materia.
“No me importan tanto las palabras necias como los silencios cómplices. Quiero pronunciamientos claros sobre este tema de los derechos humanos de todos los hombres y mujeres que quieren conducir la Argentina. Es una obligación moral, política, democrática e institucional decirles a todos los ciudadanos cuál va a ser la postura de derechos humanos del siguiente gobierno”, subrayó.
Al encabezar un acto en el Partido bonaerense de Morón, en un polideportivo de once hectáreas donde funcionó el centro clandestino de detención Mansión Seré, la jefa de Estado dijo que palabras como las que pronunció el líder del PRO y precandidato presidencial “no dan rabia, dan pena” y enfatizó la política de derechos humanos de su gestión “es un logro de la sociedad argentina y ningún curro”.
“No hay que enojarse con los que quieren tratar peyorativamente a la política de Gobierno de derechos humanos: hay que tener pena”, advirtió la mandataria, que en todo momento evitó nombrar a Macri.
Durante el acto, que coincidió con el Día de los Derechos Humanos, la mandataria sostuvo además que muchos civiles “tuvieron que ver” con los crímenes de la dictadura, ya que “los que están presos son los militares, pero los que se beneficiaron económicamente están al frente de muchas empresas y vivitos y coleando”.
Planteó entonces que la política de derechos humanos “ha sido una política de Estado desde 2003 que nos ha hecho ser respetados ante el mundo entero y que no es patrimonio de un gobierno sino de los 40 millones de argentinos que lo tiene que defender”.
“Hay que pedirles a todos aquellos hombres y mujeres que quieren conducir la Argentina a partir del 10 de diciembre 2015 que se pronuncien sobre esta materia, porque este es uno de los pilares fundantes de nuestro proyecto”, subrayó, tras destacar la presencia en el acto de Carlos García, uno de los fugados del excentro clandestino Mansión Seré.
El saludo a Rousseff
En otro párrafo de su exposición también le envió “un abrazo a la compañera presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y al pueblo brasileño, que hoy (por ayer) recibió informe de la Comisión Nacional de la Verdad”, el cual apunta a esclarecer la desaparición de más de 434 personas durante la dictadura en ese país.
“Eran épocas de la seguridad nacional, de la Doctrina de Seguridad Nacional en todo el continente latinoamericano producto de la Guerra Fría. La propia Dilma, encarcelada y torturada. Por eso quiero mandarle un cálido abrazo y una felicitación a ella y a todo el pueblo del Brasil por este paso importante en conocer la verdad”, añadió.
La presidenta realizó esas declaraciones al dejar inaugurado el primer tramo de obras de refacción del Hospital Municipal de Morón, acompañada por el gobernador bonaerense y precandidato del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, y otros dos de sus posibles competidores internos, el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, y el titular de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, este último debajo del escenario.
También estuvieron el titular de la Afsca, Martín Sabatella; el intendente local, Lucas Ghi; el ministro de Planificación, Julio de Vido, y el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza.
Picante cruce
Previamente, Cristina Kirchner mantuvo tres videoconferencias con la Ciudad de Buenos Aires, una de ellas por la restauración de la Sede Central de la Auditoría General de la Nación (AGN), en el barrio de Congreso, donde protagonizó un picante cruce con el titular de ese organismo encargado de controlar al Poder Ejecutivo, el radical Leandro Despouy.
“Cambie la cara Despouy que tiene un edificio nuevo”, le dijo la presidenta al iniciar la videoconferencia, al observar el gesto adusto del titular de la AGN, y de inmediato le pidió además que “ponga buena onda”.
Ese organismo de control del Poder Ejecutivo, que por ley debe estar a cargo de un representante de la oposición, había difundido poco tiempo antes una serie de informes críticos a la gestión del Gobierno, en materia de política energética, del Presupuesto y el manejo de Aerolíneas Argentinas.
Al momento de tomar la palabra, Despouy manifestó que se encontraba “muy contento” por la refacción del edificio del barrio de Congreso que data de 1906, pero le retrucó: “Pierda cuidado que a pesar que nuestro trabajo hace que a veces aparezcamos demasiado serios, hoy estamos muy contentos”.
No obstante, cuando el dirigente de la UCR continuó hablando la mandataria alegó que por problemas técnicos no lograba escucharlo bien y cortó abruptamente el diálogo.
Minutos después de terminadas las tres videoconferencias, la mandataria dio su discurso en el acto que encabezó en Morón y volvió a ironizar sobre el tema: “Recuperamos el edificio para que funcionen todos sus pisos, para que nos puedan controlar bien desde la oposición, como corresponde”.
La otra teleconferencia fue con el ministro de Justicia, Julio Alak, para la inauguración de un Centro de Acceso a la Justicia en el barrio de Once, y la última fue con el legislador porteño Juan Cabandié por el descubrimiento del monumento al pensador Arturo Jauretche, emplazado sobre la Avenida 9 de Julio, en el cruce con la calle Juncal.
“Este es un justo homenaje a uno de los grandes que tuvo este país y que quiso ser ignorado por los intelectuales. Fue un argentino que generó pensamiento propio, nacional”, señaló la mandataria al destacar la figura del escritor y exintegrante de la histórica agrupación Forja.
