Buenos Aires, (NA) - El cuerpo del fallecido fiscal federal Alberto Nisman era velado anoche en medio de un importante operativo de seguridad para evitar concentraciones en la zona, y será trasladado hoy de manera directa para su entierro al Cementerio Israelita de La Tablada.
Un pequeño incidente se produjo al llegar la corona enviada por la Procuración General de la Nación ya que un grupo de personas que gritaban consignas contra el Gobierno la rompió.
A pesar de que la ceremonia de despedida del titular de la Unidad Especial Amia era reservada para los familiares y amigos más cercanos, decenas de personas se congregaron en horas de la tarde en las inmediaciones de la casa velatoria ubicada en el barrio porteño de Núñez. Con el objetivo de restringir el acceso, un fuerte operativo de efectivos de la Policía Federal custodió la zona y se dispuso un vallado una cuadra a la redonda, aunque a las 23:00 estaba previsto que se abrieran las puertas al público en general.
Impedidos de acercarse, los grupos que arribaron por la tarde al lugar dejaron flores y banderas en las vallas de contención emplazadas sobre la calle OHiggins, donde también se ubicaron los efectivos de la Federal con sus chalecos naranjas.
Apenas iniciada la ceremonia, arribó al lugar la madre de Nisman, Sara Garfunkel, que se dirigió directamente a la sala velatoria sin hacer ninguna declaración a los medios que montaban guardia.
Antes del velatorio, el cuerpo de Nisman había sido sometido al lavado ritual en la cochería de la Asociación Mutual Israelita Argentina de acuerdo a lo establecido por las normas judías, fe que profesaba el fallecido fiscal.
El pedido expreso y conjunto de la familia y de Amia es que tanto las ceremonias del velatorio como del entierro puedan realizarse en un marco de absoluto respeto hacia su memoria, y de especial cuidado hacia la intimidad de los deudos directos, explicó la entidad judía.