El pasado jueves el Centro de Atención de Primera Infancia (Capi) celebró el aniversario Nº 22. En este marco, su directora, María Inés Picarelli expresó: El orgullo que siento por esta institución se gesta en la colaboración y en la presencia de las familias.
Fundado el 23 de octubre de 1992, y único por sus características edilicias en la ciudad, el Capi logró convertirse en una institución referente del barrio José Hernández y de Pergamino, y la Municipalidad apuesta a esta inversión educativa.
Funciona todo el año, de lunes a viernes, de 8:00 a 17:00; y la matrícula supera los 90 niños.
Historia
Haciendo mención a la historia de la institución, Picarelli relató: El jardín surgió como una necesidad social en el barrio. Está construido bajo las normas y los requerimientos de un lugar así. Es un centro de atención que atiende niños desde los 45 días hasta los 3 años, donde reciben apoyo acorde a las edades madurativas, ya sea de estimulación hasta el aprestamiento preescolar para los más grandes, una dieta balanceada y apropiada a sus edades.
Trabajo interdisciplinario
Desde el nivel pedagógico, el Centro de Atención de Primera Infancia cumple con una educación sistematizada. Existe un trabajo de prejardín, donde se va preparando al niño, ayudándolo en su madurez. Esto es muy necesario para ingresar al jardín de infantes.
El Centro es el primer escalón de la educación sistematizada y se diferencia de una guardería porque existe un trabajo de estimulación para el desarrollo adecuado y temprano del niño.
La entidad ofrece a los pequeños alumnos un servicio alimentario que consta en desayuno, almuerzo y merienda.
Durante el día, las docentes llevan adelante un plan educativo donde programan formar hábitos de higiene, relacionados a los cuidados, el lavado de manos, etcétera. Contamos con un equipo interdisciplinario que asiste los miércoles y está compuesto por una médica pediátrica, una psicóloga, una trabajadora social, y en este momento tenemos trabajando a dos residentes de Psicología que ayudan y acompañan a la tarea constante y cotidiana de la institución.
La actividades de rutina rondan en la alimentación, la higiene, un descanso, para aquellos que se quedan en el turno tarde, merienda, y actividades correspondientes a sus edades, agregó Picarelli.
Apoyo de los padres
Por último, hizo referencia al orgullo que siente al trabajar en la institución y agradeció el apoyo constante de los padres: Siento mucho orgullo por esta institución y parte de ese orgullo se gesta en la colaboración y en la presencia que tiene la familia con nosotros. Desde acá, acompañamos a los padres en la educación de los tres primeros años de vida de sus hijos y ellos están permanentemente apoyando a la institución.