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El comienzo del año y la repetida costumbre de trazar nuevos propósitos


 Un alto porcentaje de los propósitos de Año Nuevo se abandonan apenas transcurre el calendario (Cosumeres)

'' Un alto porcentaje de los propósitos de Año Nuevo se abandonan apenas transcurre el calendario. (Cosumer.es)

El deseo acompaña el brindis cada vez que se estrena el calendario. Sin embargo, solo algunos de esos anhelos logran cumplirse y esto se atribuye a que la aspiración no siempre va acompañada de trabajo y compromiso.


“El año que viene voy a hacer…”; “Año nuevo, vida nueva”, son las frases más comunes que mental o verbalmente las personas se dicen a sí mismas y a los demás cada vez que se estrena un nuevo calendario. Como si establecer propósitos y trazar desafíos se convirtiera en el motor para poner en marcha el tiempo por venir. En términos personales y colectivos el establecimiento de objetivos marca la agenda de estos días, algo que desde el punto de vista psicológico tiene implicancias positivas o negativas de acuerdo a cómo, con el transcurrir de los meses, esas metas vayan concretándose o amontonándose.

Para la producción de este artículo LA OPINION tomó contacto con diversas fuentes del campo de la psicología, la salud mental y la medicina, a fin de determinar qué peso tiene en la vida y en la salud emocional de las personas marcarse rumbos para transitar el nuevo año. Todos coincidieron en la importancia de acompañar los deseos de un propósito concreto y de objetivos claros y realistas a efectos de que lo ideado pueda cumplirse. De lo contrario, solo quedan expresiones y deseos vacíos de contenido que se evaporan en el tiempo que dura el brindis que acompaña el inicio del nuevo año.

Varios de los profesionales consultados sostuvieron que para transitar los primeros pasos en el nuevo año, resulta imprescindible trazar una hoja de ruta y alertaron que un alto porcentaje de lo que los individuos se prometen a sí mismos en el comienzo del año queda en el olvido apenas empiezan a caer las hojas del almanaque y lo atribuyen a que se plantean en forma vaga los objetivos y sin un propósito cierto. Asimismo, concuerdan en que esto suele generar frustración y el efecto contrario al inicialmente deseado, algo que se plasma al finalizar el año cuando se realizan los tradicionales balances.

Del mismo modo señalan que el ser humano suele tomar la duración del año calendario como “la medida de todas las cosas” y la vara para evaluar el éxito o fracaso de un determinado proyecto, ya sea en el plano personal o profesional, lo que tiene implicancias subjetivas ciertas. “Cuando llega fin de año aparece entonces la necesidad de hacer un balance y de comenzar de nuevo ideando nuevas metas”, expresó uno de los profesionales.

“Lo que sucede es que si el deseo no va acompañado del establecimiento de objetivos claros para materializarlo, suele quedar como algo abstracto y transformarse en una fuente de frustración”, agregó otro.

En función de esto, la tarea pareciera ser pasar del deseo a la acción y para ello trazar un plan concreto.

Los psicólogos señalan que la mente humana funciona oscilando entre el pasado y el futuro. Y en ese recorrido resulta ineludible evaluar el presente y establecer nuevos desafíos para propiciar el bienestar. Pero advierten que son pocas las personas que trabajan durante todo el año para cumplir eso que el primer día del año se proponen. Por esta razón, son pocos los que obtienen los resultados esperados.

Compromiso y tarea

Aunque no existen fórmulas mágicas para cumplir los deseos de Año Nuevo, el camino que señalan los especialistas pone el acento en el trabajo y la acción. Para ello es imprescindible establecer la necesidad de tener objetivos específicos definidos de manera muy concreta, clara y acotada. También sostienen que los avances y las dificultades deben ser mensurables para poder corregirlas.

A pesar de que el comienzo de un nuevo año parece ser la oportunidad propicia para poner motorizar nuevos anhelos, cualquier momento del año es oportuno para imprimir los cambios que generen el bienestar. En cualquier fecha, lo importante de acuerdo a la voz de los especialistas es acompañar ese deseo de acción. La clave está en el compromiso, ya que “es mucho más costoso desearlo que hacerlo si no se trabaja para lograr lo que uno desea”.

Es imprescindible pensar que hay que trazar un objetivo, idear un sueño y recordarlo todos los días, pero no como un recurso ingenuo o utópico considerando que se va a convertir en realidad por arte de magia, sino trabajando duro para ello como se hace en otras esferas de la vida más tangibles y mensurables. Trabajar por lo que se quiere, ocurra o no, dará a la persona la seguridad de sentir que hizo lo posible y eso lo hará sentir bien más allá del resultado. El bienestar es parte del camino y no la meta. Esa es una consigna que los profesionales consultados entienden debería ser la guía que acompañe la tarea del año.

En tiempos de crisis, buscar ayuda

Consultados respecto de cómo los tiempos de crisis condicionan el establecimiento de los propósitos personales de Año Nuevo, los profesionales consultados -algunos del campo de la psicología, otros del terreno de la medicina- sostienen que la crisis condiciona la posibilidad del anhelo porque las personas suelen estar sumidas en procesos de descrédito respecto de sus propias posibilidades de dar cumplimiento a esos anhelos. Sin embargo, la crisis puede aparecer como una oportunidad para establecer objetivos concretos, realizables e iniciar la búsqueda de nuevos recursos que modifiquen la realidad que se pretende cambiar.

En este punto, sostuvieron que aunque no hay fechas propicias, el comienzo de un nuevo año, con lo que ello conlleva, aparece como la oportunidad para buscar ayuda profesional en el caso de aquellas personas que atravesadas por crisis o situaciones personales difíciles sientan que no tienen herramientas para establecer propósitos que los guíen hacia el bienestar.

En este sentido, al amplio abanico de oferta de atención psicológica en la órbita privada se le suma una multiplicidad de espacios públicos donde recurrir para pedir asesoramiento profesional. El Hospital Interzonal de Agudos San José cuenta con un Servicio de Salud Mental en el que trabaja un equipo de psicólogos que atienden por consultorio externo, lo que posibilita el acceso gratuito a una atención psicológica de calidad.

Hay clínicas privadas que brindan el servicio de psicología clínica a través de las coberturas de obras sociales. Y hay dispositivos de escucha en algunos centros de atención primaria de la salud donde trabajan psicólogos.

A través del Colegio de Psicólogos de Pergamino, en tanto, funciona un programa de asistencia a la comunidad que brinda el servicio con el pago de un honorario mínimo sumamente accesible a través de una red de profesionales que brindan su servicio. Se trata de un sistema legitimado por la entidad que se instrumenta desde hace muchos años. Para acceder a este sistema las personas deben acercarse a la sede del Colegio de Psicólogos para adquirir un bono y tener la entrevista de admisión para luego atenderse en el consultorio particular con el profesional correspondiente.

En cualquier ámbito la atención psicológica se ha vuelto accesible y se ha jerarquizado. Socialmente se ha crecido en la conciencia de la importancia que tiene la ayuda profesional en el abordaje de ciertos conflictos que se agudizan en épocas de crisis. El inicio de un nuevo año es la oportunidad propicia para incluir en la agenda la posibilidad de recurrir a la ayuda profesional para afrontar problemas que no pueden resolverse sin el asesoramiento y el acompañamiento de personas formadas en disciplinas específicas.


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