El día que Pergamino brindó con “Soda”

Un 29 de diciembre de 1990 tocaba en Pergamino una de las bandas más grandes del rock latinoamericano: Soda Stereo. Aquí recordamos aquél día en que Cerati, Alberti y Bossio actuaron en el Club Argentino en el marco de la "Gira Animal" o "Animal Tour". Hola “pergaminosos” o mejor “pecaminosos”, dijo Cerati en la apertura.

El sábado 29 de diciembre de 1990 LA OPINION anunciaba en sus páginas la presentación en Pergamino de una de las bandas más influyentes de los ‘80 del rock latinoamericano: Soda Stereo. Compartimos la crónica completa publicada el miércoles 2 de enero de 1991 en nuestro Diario.

Gustavo Cerati, Charly Alberti y Zeta Bossio, acompañados por Tweety González y Andrea Alvarez llegaban al estadio del Club Argentino de Pergamino en el marco de la “Gira animal” o “Animal Tour” con el espectáculo en el que presentaban su última producción “Canción animal”.

Si bien las expectativas eran enormes, solamente algo más de 1.500 personas se dieron cita aquella memorable jornada. Aunque, vale aclararlo, la banda no venía con gran convocatoria de público en su recorrida, al menos en ciudades similares a la nuestra.

Compartimos la crónica completa publicada el miércoles 2 de enero de 1991 en nuestro Diario.

La crónica

Desde muy temprano, los que podían ingresa y los que no, se llegaron al estadio para escuchar de afuera, la prueba de sonido.

Gustavo Cerati, Charly Alberti y Zeta Bossio, vestidos muy locos e informales comenzaban a golpear y a entonar los primeros acordes, siendo los rostros de los “fans” que estaba afuera, lo que lo decían todo.

De lo mejor

Posteriormente se produjo un paréntesis de una hora hasta que la música a media altura (de lo mejor de exportación), el clima atípico de un 29 de diciembre y un monumental escenario de más de 40 metros de ancho, comenzaban a darle color a la noche pergaminense, que de a poco ganaba espacios.

Más de uno corría alocadamente una vez sorteado el control de entrada, con el fin de lograr la mejor ubicación posible. Algunos se inclinaban por el césped, los más fanáticos que querían ver a sus ídolos de cerca; otros, en cambio, se volcaban por la tribuna, un tanto más “tranqui” y desde donde se podía apreciar una vista mucho más amplia y panorámica.

Era la hora prevista y existían todos los síntomas de demora, lo que por supuesto nunca falta en un recital. Para ese entonces los rituales gritos, comenzaban a tomar forma y a acentuarse cada vez más.

Los minutos corrían y la ansiedad de los allí presentes se acrecentaba a pasos agigantados. Bastaba que el más modesto plomo subiera al escenario, para que los gritos se desencadenaran.

De colección: reverso de la entrada para el recital de Soda Stereo en Pergamino. (LA OPINION)

Comienzo triunfal

Eran las diez y treinta y aunque más esparcidos seguían llegando jóvenes, no solo de Pergamino, sino de toda la zona. Un colectivo completo ganaba las espaldas del estadio, una barra de Colón, otra de Rojas y hasta una bandera de San Nicolás se hacían presentes entre muchos otros.

Exactamente a las 11:04 las luces se vinieron a menos y Gustavo Cerati, con un pantalón aguja negro y una chaqueta rojinegra, hacía su ingreso triunfal.

Los impactantes golpes de la “bata” de Charly pegaban en el pecho de cada unos de los que estábamos allí; mientras que Zeta, disfrazado por los colores del arco iris, hacía vibrar el piso de Argentino, que seguramente por un tiempo no tendrá césped.

Hola “pergaminosos” o mejor “pecaminosos”, llamó Cerati a los pergaminenses, luego de comenzar a toda marcha en “El séptimo día”. Dos acordes y el mismo Cerati dice, ¿Qué es esto sino un “Juego de seducción”?

Así se fueron sucediendo “Un millón de años luz”, entonando una “Canción animal”, con “Música ligera” y muy cerca de “La cúpula”, ubicada en “La ciudad de la furia”. Delirio, algarabía y palpitaba un “Corazón delator”. Todo era un “Picnic en el 4º C”. Pero ¿quién no quedó “Al borde”, cuando Gustavo Cerati, con una viola acústica y solo, entonó una canción del “Flaco” Spinetta.

Esperamos salir “Cuando pase el temblor”, pero de precavidos bajamos la “Persiana americana” y fuimos adictos a una “Sobredosis de TV”.

El delirio

Así, con Gustavo Cerati, Charly Alberti, Zeta Bossio y dos músicos invitados, uno Tweety González (tecladista y violero de muy buen apoyo) y la otra, la “diosa” Andrea Alvarez, que no estaba pintada para nada, segundas voces y unos palos de percusión sensacionales.

Cerati, dijo ¡chau! Y el público que bailó toda la noche, comenzó a entonar “Olee, oleee, olee, oleee; Soda, Soda…”. Nadie se movía ante semejante espectáculo nunca visto y vaya a saber cuánto tiempo transcurrirá, para que en nuestra ciudad de presente un recital de esta índole.

Sencillamente sensacional. Luces por doquier, sonido para regalar, un montaje al más alto nivel y el público falló (tan solo 1.500 y monedas).

Pero los que estuvimos, gozamos con dos canciones más de los “Soda”, que volvieron al escenario vestidos diferentes. Cerati con chaleco y galera. Zeta, con su tradicional gorra y miles de colores más. Charly, siguió con su pantalón corto y remera. Andrea, cambió su vestido al cuerpo por un pantalón corto y un top: mientras que Tweety, se mantuvo fiel a su discreta vestimenta.

Más allá del lógico cansancio de las dos horas que llevaban de espectáculo, los “monstruos” volvieron a escena para recordar que habían dejado “Un misil en mi placard”, por eso lo poco que quedaba por entonar, lo hicieron con “Música ligera”.

El final, la retirada y el recuerdo de un concierto que nos puso “la piel de gallina” y reafirmó la presencia de la banda líder del rock latinoamericano de los 80.

Por si fuera poco. El recuerdo imborrable, de que todo esto pasó aquí nomas, a la vuelta de nuestra casa.

Nos volvemos a encontrar el próximo lunes, cuando traigamos “De nuestro archivo, lo mejor”.