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Pesó 3,440 kilogramos y el parto se produjo por cesárea, a las 2:38, en el Hospital San José. Minutos más tarde, a las 3:30, llegó el segundo de 2016, y el primero que recibió el Servicio de Neonatología, con un peso de 2,180 kilogramos. El último nacimiento de 2015 fue a las 16:35 del 31 de diciembre. En las clínicas no hubo alumbramientos.
DE LA REDACCION. El Hospital Interzonal de Agudos San José volvió a ser el espacio donde se produjeron los primeros nacimientos del Año Nuevo. En la madrugada del primer día del año fueron dos los alumbramientos que se produjeron, ambos por cesárea y uno de ellos fue un bebé prematuro. También en ese centro de salud se recibió al último bebé de 2015, que llegó el 31 de diciembre a las 16:35.
La Maternidad y el Servicio de Neonatología del nosocomio volvieron a ser el epicentro de las miradas en torno a la llegada de los primeros bebés del año, algo que cada año recrea uno de los acontecimientos más esperados. En diálogo con LA OPINION, personal del nosocomio señaló que los últimos nacimientos de un año y los primeros del siguiente siempre tienen la nota significativa de representar la esperanza. En este sentido, y a pesar de lo que desde el punto de vista médico significa el montaje del dispositivo sanitario para atender a las parturientas, estos nacimientos se viven siempre en un clima de celebración.
El primer bebé de 2016 nació a las 2:38 del 1º de enero en el Hospital Interzonal de Agudos San José. Su nombre es Giovanni Broglio, pesó 3,440 kilogramos y nació por cesárea a las 2:38 de la madrugada. Según refirió ayer en diálogo con LA OPINION su mamá, Tamara Bianco, la llegada del niño se esperaba para el 6 de enero, fecha en que tenía programada la cesárea, pero el 31 de diciembre, a las 14:30, comenzó con contracciones, lo que anticipó el nacimiento. “Quiso nacer apenas comenzado el año”, señaló con emoción. El papá del bebé es Maximiliano Broglio y tiene una hermana, Melanie, de 10 años. La cesárea fue asistida por los doctores Jorge Dorgambide y Leonardo Espejo.
El segundo nacimiento del año se produjo a las 3:30, cuando a Lidia Boa hubo que practicarle una cesárea de urgencia que trajo al mundo a Ramón Retamoso que con 2,180 kilogramos se transformó en el primer bebé de 2016 que ingresó al Servicio de Neonatología del Hospital San José. “Aún no lo tengo en la habitación porque nació prematuro, tenía fecha de parto para fines de enero, pero el bebé nació hoy -por ayer- y está en Neo, recién lo fui a ver”, comentó su mamá en diálogo con LA OPINION refiriendo que el bebé se llama como su papá y tiene cuatro hermanitos. El nacimiento de Ramón fue asistido por la doctora Mercedes Acosta.
El último de 2015
A las 16:35, del 31 de diciembre, también en el Hospital San José, nació el último bebé del año viejo. Se trató de Oliver Benicio Ibarra, el primer hijo de Sabrina Ibarra y Antonio Ibarra, ella correntina y él pergaminense. Pesó 3,600 kilogramos y nació por parto natural. “Tenía fecha para el 1º de enero, pero se anticipó unas horas”, refirió ayer su mamá en diálogo con LA OPINION, mientras su papá lo acunaba, felices de recibirlo. Según confirmaron desde el Servicio de Maternidad, el último parto de 2015 fue atendido por Martín Marcovich y Leonardo Espejo.
En las clínicas
De acuerdo a un relevamiento realizado ayer a la mañana por LA OPINION en las clínicas privadas de la ciudad, hasta la tarde del primer día del año no se había producido ningún nacimiento.
La celebración de la vida
Como cada año, en la primera mañana del 1º de enero, LA OPINION realiza una recorrida por los establecimientos de salud para relevar los nacimientos y tomar contacto con los protagonistas de acontecimientos que marcan el primer hito del Año Nuevo. Ayer a la mañana en la Sala de Maternidad del Hospital San José se vivía un clima de alegría. Al cuidado de las madres y bebés que están internados se le suma el hecho de haber recibido a quienes llegaron en el inicio de 2016.
También en el Servicio de Neonatología, y a pesar de que allí se asisten a bebés que por diversas circunstancias están en riesgo y requieren de cuidados intensivos, el personal vive esta fecha con esperanza. Quizás porque en torno a los primeros nacimientos del año se recrean emociones diferentes, esas que muestran la otra cara del sistema de salud, esa que muchas veces pasa desapercibida en lo cotidiano cuando la crónica se detiene en otras urgencias, y aquella que tiene que ver con la celebración de la vida y la esperanza.
