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El “Grigo” murió este lunes a los 82 años, en Buenos Aires, mientras se trataba una descompensación que había padecido en los últimos días. Dedicó gran parte de su vida a Casa Dinardo y a la dirigencia del Club Douglas Haig.
A los 82 años falleció este lunes, en Buenos Aires, mientras se trataba una descompensación que había padecido en los últimos días, Héctor Rubén “Gringo” Dinardo, un exdirectivo de Douglas Haig, el club de sus amores al que dedicó gran parte de su vida y en el que cosechó hazañas históricas e innumerables afectos.
Dinardo, pergaminense por adopción, llegó a nuestra ciudad a los 4 años con sus padres, Florencio y Lucía, que hasta entonces vivían en San Nicolás y se estableció con ellos en el barrio Acevedo. A los 12 años empezó a frecuentar en Douglas Haig, una pasión que fue tan grande que girones de su vida quedaron en el Club. La satisfacción más grande que le dio la institución fue el primer ascenso al Nacional B.
Aunque jugó al basquetbol en el rojinegro, desde siempre su pasión fue el fútbol y su pertenencia a la institución fue forjando en él un perfil como dirigente. En 1962 empezó su incursión en la dirigencia y ese año Douglas Haig fue campeón del torneo local, como también lo fue en 1964. Así, en una sucesión de grandes esfuerzos y hazañas memorables llegó 1986, cuando la Asociación del Fútbol Argentino armó un campeonato con las principales ciudades de la provincia de Buenos Aires y Douglas fue campeón de esa liguilla para pasar a integrar el Nacional B. A esa dirigencia, de la que el “Gringo” era parte, también la integraban Orlando Altube, Rubén Iriarte, Hugo Sáenz, Juan Carlos Ferrari, “Pepe” Manilla y el presidente Miguel Morales.
