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Será desde este viernes. El domingo habrá una caravana de autos, la que será presidida por la imagen del santo. También habrá misa que será transmitida por Facebook.
El viernes, en el templo de calle Francia 950, se dará inicio al triduo con miras a la celebración de San Vicente de Paul, que se festeja cada 27 de septiembre.
El padre Eduardo es quien preside las actividades que se llevan adelante en el marco del tiempo preparatorio. Cada día, a las 19:00, se celebrará la misa que tendrán carácter de presencial pero solo para 10 personas.
En tanto el domingo, a las 10:30 partirá una caravana de autos desde avenida Colón al 900, la que será presidida por la imagen de san Vicente, y pasará por diferentes capillas: San José, Santa Rita para llegar luego a San Vicente. A las 19:00 será la celebración de la misa, que será transmitida por la página de Facebook: Eduardo Sanabria.
Historia
Cuenta la historia que San Vicente de Paúl nació, en el siglo XVI se desconoce la fecha exacta, en una pequeña casa rural en las afueras de la aldea de Pouy, a unos cinco kilómetros de la ciudad de Dax, en el departamento de las Landas, situado al suroeste de Francia.
Era el tercero de seis hermanos. La modesta condición de la familia hizo que muy pronto el niño Vicente tuviera que contribuir con su trabajo de pastor de ovejas y de cerdos a la economía familiar. Pronto también dio muestras de una inteligencia despierta, lo que llevó a su padre a pensar que podía hacer una carrera eclesiástica. Cursó estudios primarios y secundarios en Dax, y posteriormente filosofía y teología en Toulouse durante siete años. Estudió también en Zaragoza. Se ordenó sacerdote muy joven, a los veinte años, con la intención de ser párroco de inmediato y así poder ayudar a su familia.
Una serie de peripecias no muy bien conocidas dio con él a los treinta años en París, donde encontró inicialmente algunas pequeñas ocupaciones sacerdotales, hasta que por recomendación de un prestigioso amigo sacerdote, Pedro de Berulle, posteriormente cardenal, entró en 1613 en la importante casa de los señores de Gondi como preceptor de los niños y posteriormente director espiritual de la señora.
Los viajes por las tierras de los Gondi llevaron a Vicente a un conocimiento de primera mano de las lastimosas condiciones de vida materiales y espirituales de la población campesina, y también del clero parroquial que les atendía con serias deficiencias. Esta experiencia lo llevó a tomar una decisión irrevocable de dedicar su vida sacerdotal a la evangelización y redención de la población campesina y a la formación de sus sacerdotes.
A partir de esa decisión la vida de Vicente mantiene hasta su muerte a los ochenta años, en 1660, una línea constante de dedicación a la redención espiritual y material de los pobres.
