“Juanito” Cabrera tomará hoy posesión de la capilla Nuestra Señora del Perpetuo Socorro

El sacerdote, ordenado hace poco más de un año, fue designado como capellán. Con una misa que monseñor Cardelli celebrará a las 18:00, el joven quedará a cargo del templo y de los trabajos de la pastoral de salud que se realizan en el Hospital San José.

DE LA REDACCION. En el marco de la reestructuración que, por voluntad del obispo Héctor Cardelli, se está llevando adelante en diferentes capillas y parroquias de la Diócesis de San Nicolás, de la que Pergamino es subsede, hoy el sacerdote Juan Cabrera, conocido como “Juanito” tomará posesión de la Capilla Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, que fuera el último templo que dirigiera el recordado padre Gastón Romanello.

Toma de posesión

En una misa que será a las 18:00 en la capilla ubicada en el predio del Hospital, el obispo Héctor Cardelli presidirá la ceremonia en que “Juanito” tome posesión del cargo.

Brindando detalles de esta decisión, Juan Cabrera mantuvo contacto con el Diario. “Las decisiones de los traslados de los sacerdotes dependen del obispo diocesano. En el marco de la reestructuración que incluye el traslado del padre Javier Fortunato a Arrecifes es que se realiza mi designación debido a que el padre Fortunato había sido designado como capellán de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Por ello es que monseñor Cardelli decidió que fuera yo quien ocupara la vacante que deja Fortunato”, explicó “Juanito”.

La labor del sacerdote no sólo será la celebración de misas en dicha capilla sino que también deberá realizar trabajos específicos de la pastoral de salud. Si bien hace muchos años que los sacerdotes atienden el Hospital San José, algunos de ellos fueron el padre Pedro Manabella, Mario Capalbo, el padre Gastón Romanello fue el encargado de crear la capellanía cuando renunció a la parroquia Nuestra Señora de la Merced. “El padre Gastón era tan inquieto y comprometido con su labor que decidió vivir en la capilla y atender exclusivamente a los enfermos. Cuando murió Gastón fue muy difícil cubrir esa vacante ya que no había disponibilidad de sacerdotes por eso se le encomienda el trabajo a Fortunato”, explicó Cabrera.

Continuar la obra de Gastón

La Capilla Nuestra Señora del Perpetuo Socorro es una de las más antiguas de nuestra ciudad y es muy significativa ya que allí desarrolló parte de su labor pastoral el padre Gastón Romanello. Data de antes de la década del 40 y siempre fue distinguida por ser el templo interno del Hospital San José; cumple un rol fundamental para las personas que asisten a diario (en tanto esté abierta y atendida, como lo estuvo con Romanello y ahora con Cabrera), especialmente los familiares de los pacientes que están internados en el nosocomio. 

Expresando su alegría, “Juanito” dijo sentirse muy a gusto con darle continuidad a la obra de Romanello, que fue el primero en habitar de manera permanente el lugar y abrir el templo a diario. “Gastón fue el sacerdote que me dio la primera comunión, que me envió al seminario, que me acompañó en mi camino dedicado a Dios. Es una gran alegría poder estar en su lugar pero también constituye un gran desafío porque Gastón afrontó este trabajo con muchos años de experiencia sacerdotal mientras que yo apenas hace un año que fui ordenado. Por otro lado nunca podré ponerme a la altura de Gastón porque él era incansable en su contención espiritual hacia los hermanos”, dijo Cabrera.

Pequeña comunidad

La labor del padre Romanello hizo que se formara en la capilla una comunidad religiosa que aún prevalece. “Existe una pequeña comunidad formada desde la época de Gastón que yo buscaré afianzar. Al desarrollar un trabajo exclusivo en la capilla y no estar ligado a ninguna parroquia voy a oficiar misa todos los días e iremos armando comunidad, grupos de voluntarios que quieran participar de la pastoral de la salud y trabajar en la asistencia de los enfermos”, anticipó el sacerdote.

Junto a los enfermos

Consultado respecto de la impronta que él le va a imponer al trabajo sacerdotal en la comunidad del Perpetuo Socorro, “Juanito” agregó que “la idea es visitar a todos los enfermos y generar conciencia en la comunidad a fin de que acompañen a los enfermos, asistiéndolos en momentos difíciles”.

Devoción

Durante siglos, la imagen original del Perpetuo Socorro se veneró en Constantinopla (hoy Estambul, Turquía) como reliquia milagrosa, hasta que fue destruida por los musulmanes en 1453, cuando los turcos conquistaron la ciudad. Tiempo después, durante ese Siglo XV, la bella copia de la pintura perdida de Nuestra Señora se encontraba en manos de un comerciante, cristiano piadoso y devoto de la Virgen María, que deseaba evitar a toda costa que el cuadro se destruyera como tantas otras imágenes religiosas que corrieron con esa suerte durante la expansión musulmana hacia occidente.

Para escapar con ella se embarcó rumbo a Roma; pero en el mar se desató una violenta tormenta que puso en grave peligro al barco en que viajaba. Cuando ya todos a bordo se preparaban para lo peor, el mercader sostuvo en alto el icono de Nuestra Señora implorando socorro. La Santísima Virgen respondió a su oración con un milagro: la tormenta cesó de inmediato y las aguas se calmaron. Todos llegaron a Roma sanos y salvos.