La desaparición de dos motos secuestradas en el depósito municipal destapó una problemática

Por el momento las denuncias radicadas en sede judicial por el faltante de vehículos son dos, pero dada la cantidad de rodados que son incautados mensualmente, mucho de los cuales quedan abandonados allí hasta que son enviados a desguace, se presume que existen varios casos de estas características que no salen a la luz porque los propietarios nunca intentaron recuperarlos. En este contexto se conoció otro caso similar, pero el faltante se dio en el depósito judicial. La damnificada se encuentra en juicio con la Provincia.

DE LA REDACCION. La desaparición de motos secuestradas en el depósito municipal de Inspección General destapó una situación anómala en este ámbito público.  En los últimos días tomaron estado público al menos dos casos en que propietarios de vehículos que habían sido retenido por infracciones, una vez que pagaron la multa correspondiente y fueron en busca de los mismos, se encontraron con la sorpresa de que no estaban.

Por el momento -y más allá de las versiones de la calle- son dos las denuncias radicadas en sede judicial por el faltante de motos, pero dada la cantidad de rodados que son secuestrados mensualmente, mucho de los cuales quedan abandonados allí hasta que son enviados a desguace, se presume que existen varios casos de estas características que no salen a la luz porque los propietarios nunca intentaron recuperarlos.

Otro detalle a tener en cuenta es la cantidad de autopartes que faltan del depósito debido a que el número de vehículos retenidos supera la capacidad del galpón y los rodados esperan  ser retirados por sus dueños en la intemperie, sujetos al ataque exterior o interior, como sugirió que es posible el propio jefe del área.

La denuncia, primero por vía judicial y luego a través de los medios de comunicación, hizo ruido en los pasillos del Municipio y mientras los damnificados reclaman la devolución del rodado o la reposición del mismo, el responsable del área, Miguel Artero, aseguró que “el Municipio se va a hacer cargo de todo lo que tenga que hacerse cargo” y que “si hay un responsable va a tener que pagar por esto que ocurrió”.

Pero la desaparición de vehículos secuestrados no es una problemática que alcanza solamente al Municipio sino también a la Justicia, ya que en este contexto se conoció otro caso similar, pero el faltante se dio en el depósito judicial.

Una vecina pergaminense le inició juicio a la Provincia por la desaparición de una moto que le había sido sustraída y horas después secuestrada en poder de un delincuente. El vehículo en cuestión quedó retenido algunos días para completar los procesos legales y cuando lo fue a buscar no estaba.

Para este informe LA OPINION dialogó con tres personas damnificadas e incorporó la declaración en conferencia de prensa que brindó al respecto el titular del área municipal, Miguel Artero. 

Mónica Ruiz

El caso que sacó a la luz esta grave situación que se está dando en el depósito municipal es el de Mónica Ruiz, quien denunció que a fines del año pasado le secuestraron la moto a su hijo y al ir a retirarla, en febrero de este año, se encontró con que no estaba.

“Un mes antes de fin de año le regalamos una moto Honda Biz de color negro a mi hijo. Ese día regresaba de llevar al nene a la casa de su señora, alrededor de las 3:00, y se detuvo en un semáforo. Detrás suyo paró una Patrulla Urbana. Le pidieron el registro de conducir y mi hijo les dijo que no tenía, por eso se la secuestraron.

“Como yo trabajo por horas, tardé algunos meses en juntar el dinero para poder retirarla. Pague la primera de tres cuotas de 1.500 pesos de la multa por la falta de carnet, fui al Juzgado de Faltas y me dieron la liberación de la moto. Sin embargo, cuando voy a buscarla al Corralón no estaba. Revisamos todo el depósito con mi hijo y un amigo, tanto adentro como afuera y después fuimos hasta el edificio del 108, donde había muy poquitas motos y tampoco estaba”.

Preocupada, la mujer regresó al Juzgado de Faltas y pidió hablar con la jueza. “Me atendió una mujer atentamente, pero no me dio solución. Después me mandaron a hablar con Miguel Artero y este me pidió que esperara hasta el día siguiente. Me dijo que si no aparecía la moto me iba a acompañar a la Fiscalía para hacer la denuncia”, relató Ruiz.

La damnificada comentó esta situación con un abogado amigo y al día siguiente, antes de reunirse con el responsable del área, hizo la denuncia. “Después fui a hablar con Artero pero los empleados me dijeron que se había ido de vacaciones”, relató.

“Después de un tiempo me llamó Artero y me mandó a hablar con una abogada de la Municipalidad, que me dijo que se iba a solucionar todo, que tenía que llevar la tarjeta verde y fotocopia de los papeles de la moto, los cuales tengo que entregar en Mesa de Entradas el lunes (mañana)”.

Claudia González

Un caso muy parecido fue denunciado por otra vecina a cuyo hijo también le secuestraron un rodado marca Motomel Skua por una infracción, pero nunca pudo retirarlo del depósito porque aún no aparece. “El 28 de octubre mi hijo se dirigía a su trabajo y en la intersección de Intendente Biscayart y Francia lo paran los inspectores. Reconozco que estaba en falta porque no contaba con la documentación de la moto”.

Como en el caso anterior, la mujer demoró algunos meses en regularizar la situación. “Pagamos la multa de 860 pesos y el 29 de diciembre, dos meses después, vamos a buscar la moto. En el Corralón me dijeron que no figuraba en el cuaderno donde están registrados todos los vehículos secuestrados. Me cansé de ir todo el mes de enero al depósito. Fui insistente. Recorrí el galpón varias veces pero no la encontré”.

González manifestó que se hartó “del manoseo” y que le digan “que en 48 ó 72 horas se iba a solucionar todo”. “Supuestamente me iban a comprar una moto nueva pero hasta el día de hoy no tengo soluciones. Yo soy una persona grande, tengo a mi mamá con demencia senil y en este momento estoy trabajando. Es una dificultad tener que ir varias veces y no encontrar una respuesta”, se quejó.

La mujer remarcó que no pide otra cosa que lo que le pertenece. “Si la moto desapareció, lo mínimo que quiero es que me den otra y se terminó la cuestión”, reclama.

La desaparición del rodado trajo además otros inconvenientes y gastos inesperados para la familia. “La moto es de mi hijo y quedó a pie. Con estos días de tanto calor le tengo que dar dinero para que vaya a trabajar en remis” aseguró. Si bien considera que lo bochornoso del episodio le correspondería un resarcimiento, no está pidiendo eso. “Lo único que quiero es que me den la moto o me compren una nueva”, insistió.

González espera ahora que el Municipio resuelva esta situación. “La semana pasada fui a la Municipalidad, me atendió una abogada y me dijo que hiciera una carta redactando lo que había sucedido. La hice y le adjunté al texto la patente de la moto, el título de propiedad, el seguro, la orden de liberación y el pago de la multa”. Hasta la fecha, sin respuesta.

Romina Sosa

Como mencionábamos en el inicio de este informe, la desaparición de motos secuestradas no sólo es un problema para el Municipio sino también para la Justicia. A raíz de los casos que salieron a la luz en los últimos días, LA OPINION tomó contacto con una damnificada de manera similar pero en el depósito judicial.

En febrero de 2013, Romina Sosa dejó su moto Mondial Dax atada a un poste de luz en la esquina de Avenida de Mayo y Merced y a las 3:00, cuando salió de trabajar, se encontró con que no estaba. “Hice la denuncia en la Comisaría Primera y a las seis horas la encontraron en poder de un menor de 16 años. La reconocí en seguida. Le faltaban los plásticos y tenía los cables cortados, pero no me dejaron retirarla porque la tenía que ver el fiscal. Al día siguiente volví y me dijeron que el fiscal la había visto, pero que la oficial que me tomó la denuncia era quien me la tenía que entregar y esta se había tomado vacaciones por 15 días”.

Paradójicamente entonces pensó: “Qué más seguridad que la moto esté acá”. Esperó tranquila esas dos semanas y cuando fue a buscarla no estaba. “En la Comisaría Primera me dijeron que allí figuraba que había sido enviada al depósito judicial. Me voy hasta ese lugar y el sereno me dice que nunca recibió un rodado de esas características. Regresé nuevamente a la Comisaría y me vuelven a comunicar que la moto salió de allí hacia el depósito. Fui a revisar las 750 motos apiladas en este espacio y no la encontré. Después me dijeron que fuera hasta el Juzgado o al Corralón municipal de calle Tucumán, pero tampoco apareció”.

Cansada de andar de un lado a otro, la mujer consultó a un abogado y hoy se encuentra en juicio con la Provincia.

La explicación de Inspección General

A raíz de la repercusión que tuvieron esta semana los dos casos que ocurrieron en dependencias de Inspección General, Miguel Artero, titular de la Agencia Municipal de Seguridad Vial, reconoció los dos casos de similares características: el faltante de una moto Honda Biz 110 que estaba alojada desde octubre y la persona fue con la liberación del Juzgado de Faltas y no se encontró, y el de una Motomel Skua 200. “En caso que no aparezcan las motos, el Municipio se va a hacer responsable”, aseguró el funcionario.

Como explicación, en conferencia de prensa dijo: “Debido a la gran cantidad de secuestros que tuvimos de motos vehículos en un período de tiempo, sobrepasó lo que eran los galpones donde las dejamos y tuvimos que hacerlo fuera de los mismos y en la gran cantidad de motos que había nos está faltando una”.

Artero detalló que se hizo la denuncia en la fiscalía del doctor Nelson Mastorcchio y se dio intervención a Legal y Técnica del Municipio a cargo de la doctora Mariana Venecia. “Está en etapa investigativa del faltante”, agregó. 

De una manera implícita, el funcionario no descartó que el robo haya sido perpetrado desde adentro de la dependencia: “Si hay algún responsable actuará el Municipio en consecuencia, y quiero dejar en claro que el Municipio se va a hacer cargo de todo lo que tenga que hacerse cargo y si hay algún responsable va a tener que pagar por esto que ha ocurrido”.

Artero justificó lo complejo de la situación diciendo que hay más de cinco mil motos en el predio, de las cuales sólo algo más de tres mil están alojadas dentro de los galpones. “Nos sobrepasó”, admitió, “ingresa mucha gente a Inspección y ahora, en consecuencia con lo sucedido fue restringido el ingreso, se colocaron más cámaras de seguridad, más luminaria y se pusieron dos serenos de guardia en la noche”.

No obstante no descarta ninguna hipótesis, Artero hizo hincapié en la cuestión de los vehículos a la intemperie, al alcance de los cacos. Reconoció que hace algunos días él mismo tuvo que correr por las vías a la madrugada a dos personas que habían sustraído dos motos. Se hizo la denuncia correspondiente a la Comisaría Tercera, hubo una persecución de parte del Comando y no pudieron identificar a las personas”.