La Iglesia Católica dio inicio al tiempo litúrgico de la Cuaresma

El Miércoles de Cenizas fue el punto de partida de este período que se encuentra signado por la obediencia, el ayuno y la oración. Varias prácticas son las que se desarrollan a modo de preparación de la pasión, muerte y resurrección de Cristo. “El Señor no se cansa jamás de tener misericordia de nosotros, y quiere ofrecernos una vez más su perdón”, aseguró el Papa Francisco.

DE LA REDACCION. Con la imposición de las Cenizas en las capillas y parroquias, el miércoles la Iglesia Católica comenzó uno de los tiempos litúrgicos más importantes: la Cuaresma.

Considerada como el tiempo litúrgico de conversión que marca la Iglesia para que los feligreses se preparen a la gran fiesta de la Pascua, la Cuaresma está caracterizada por ser un período de arrepentimiento de los pecados y de cambiar algo para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.

El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.

Cuarenta días

La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número cuarenta en la Biblia. En ésta, se habla de los cuarenta días del diluvio, de los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto, de los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública, de los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.

En la Biblia, el número cuatro simboliza el universo material, seguido de ceros significa el tiempo de nuestra vida en la tierra, seguido de pruebas y dificultades.

La práctica de la Cuaresma data desde el siglo IV, cuando se da la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.

Santo tiempo

Con el objetivo de explicar qué significa la Cuaresma y la importancia de este tiempo para la feligresía, el sacerdote Miguel Nadur Dalla, párroco de Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás, dialogó con LA OPINION. “Comenzamos el santo tiempo de Cuaresma,  que significa 40 días. Vale recordar que la primera Cuaresma se concretó cando Jesús permaneció 40 días y 40 noches en el desierto preparándose para la misión que su padre, Dios, le había encomendado que era asumir la cruz y dar la vida por los demás. De allí en más la Iglesia toma este concepto y es por ello que durante 40 días los feligreses se preparan para recordar la muerte y resurrección de Jesús”, explicó el sacerdote.

Prácticas habituales

En el año litúrgico hay dos momentos que se denominan penitenciales. La Cuaresma que prepara a los fieles para la Pascua y el Adviento que es el tiempo preparatorio de la Navidad. Varias son las prácticas habituales que se realizan durante Cuaresma, entre ellas vale destacar el ayuno, la penitencia y la oración. “Los fieles deben cumplimentar con el ayuno pero con alegría, pensando en Dios, en el sacrificio que ha realizado Jesús por todo y cada uno de nosotros”, sostuvo Nadur.

A esto se le suman otras prácticas como el examen de conciencia que consiste en revisar cada una de nuestras actitudes. “Debemos analizar cómo somos en los diferentes ámbitos, cómo somos en nuestra vida familiar, con nuestro trabajo, como ciudadanos. Junto al examen de conciencia, los fieles deben participar del sacramento de la reconciliación a través de la confesión. Todos tenemos cosas de las cuales arrepentirnos. Debemos conocer cuáles son las actitudes malas que tuvimos, las faltas que cometimos y confesarlas”, agregó el sacerdote.

De acuerdo con lo expuesto por Nadur, otra de las prácticas habituales es la realización del Vía Crucis que se lleva adelante en las capillas y parroquias los viernes y que recuerda el momento de la pasión y la crucifixión de Jesús.

Mensaje de Francisco

El Papa Francisco celebró en la Basílica de Santa Sabina (Roma), la Misa por Miércoles de Ceniza, con que se inicia el tiempo de Cuaresma, y donde invitó a los fieles a pedir al Señor un corazón purificado del mal.

Durante la homilía, Francisco aseguró que, en tiempo de Cuaresma, se debe “regresar al Señor con todo el corazón significa emprender el camino de una conversión no superficial y transitoria, sino un itinerario espiritual que tiene que ver con el lugar más íntimo de nuestra persona. El corazón, de hecho, es el centro de nuestros sentimientos, el centro en el que maduran nuestras decisiones, nuestras actitudes”.

Prosiguiendo con su discurso, el Santo Padre aseguró que “cuando se cumple algo bueno, casi instintivamente nace en nosotros el deseo de ser estimados y admirados por esta buena acción, para obtener una satisfacción. Jesús nos invita a cumplir estas obras sin ostentación alguna, y a confiar solo en la recompensa del Padre ‘que ve en lo secreto’.

“Queridos hermanos y hermanas, el Señor no se cansa jamás de tener misericordia de nosotros, y quiere ofrecernos una vez más su perdón, invitándonos a volver a Él con un corazón nuevo, purificado del mal, para tomar parte de su gozo. La reconciliación entre nosotros y Dios es posible gracias a la misericordia del Padre que, por amor a nosotros, no dudó en sacrificar a su Hijo unigénito”.