Pergamino

La inflación no cede y la situación es agobiante para comerciantes y consumidores


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Las estadísticas de febrero de la Cámara de Alimentarios local son contundentes: 7,1%. La cifra es mayor que la esperada, lo que abre la puerta a pensar que el fenómeno puede no encontrar techo. En la calle, la gente hace malabares, mientras que del otro lado del mostrador, desde la Cámara de Comercio, afirman que “el panorama es complicado”.


La Cámara de Alimentarios de Pergamino dio a conocer las estadísticas de febrero que marcaron una vez más un porcentual preocupante: 7,1 por ciento. Quienes trabajan en la entidad y mensualmente realizan un minucioso relevamiento de los precios de los alimentos, productos de perfumería y aseo y de limpieza, tuvieron que volver varias veces sobre los datos recabados al encontrarse con esa cifra. No podían creer el resultado, no lo esperaban. Quedaron estupefactos con los números de febrero, un mes que históricamente no presenta variantes abruptas por no implicar ningún cambio estacional en particular. Tampoco lo esperaban habida cuenta la retracción en el consumo que se registra, lo que lleva -en teoría- a que los precios bajen por las menores ventas.

Atendiendo la mirada desde el otro lado del mostrador, donde se ubica la oferta comercial, está otra entidad local: la Cámara de Comercio. Consultados sus dirigentes por LA OPINION, coinciden en el estupor con los Alimentarios y plantean que la situación para comerciantes e industriales es tan compleja como lo es para el consumidor: ellos tampoco llegan a fin de mes. Ante esta situación, sostienen que es fundamental que el Gobierno nacional cambie de estrategia económica y pase a fomentar el consumo y bajar la presión tributaria.

A nivel local solicitan al Ejecutivo que extienda el beneficio de la reducción en el valor de las tasas municipales y que controle que las comercializaciones online se hagan en el marco de la legalidad para procurar una legítima competencia.

Indicadores que preocupan

En contacto con LA OPINION, el presidente de la Cámara de Alimentarios fue contundente: “Los indicadores nos generan mucha preocupación porque además de representar a los comerciantes somos consumidores, vivimos en Pergamino”.

Sobre las estadísticas, el referente de la CAP señaló que los guarismos de aumento provienen de un minucioso y exhaustivo análisis de precios. “Nos disgustan bastante, ya que si los sumamos a los guarismos de enero dan un acumulado de 14,9 por ciento lo cual es un número muy alto”.

-¿A qué considera se debe este aumento de precios significativo?

-Entendemos que se ha producido una suerte de colchón de margen de utilidad en virtud de la inflación que no cesa. Si los comerciantes no hacen un colchón corren el riesgo de que se descapitalicen y pierdan el negocio. Esto significa que los comerciantes deben agregar un porcentaje superior al margen de utilidad para poder amortiguar la inflación, esto es que cuando se repone el producto el comerciante lo paga más caro de lo que lo vendió por ende, para no perder el capital de esa mercadería, agrega un porcentaje más alto al efecto de obtener una mínima ganancia. Presumimos que esto es lo que está sucediendo.

Sin esperarlo

Los números obtenidos no eran los esperados, así lo afirmó el entrevistado. Más bien no se esperaba que se diera semejante variación en este momento del año; se lo suponía para más avanzado 2019 y no en enero/febrero, que es el bimestre más flojo en ventas, históricamente. No obstante, según aclara Figueredo, que el precio de un producto aumente no responde exclusivamente a la decisión del comerciante y la temporada que atraviesa sino que “en el trayecto que hace un producto, desde el productor hasta que llega al consumidor final, hay distintos estadios de comercialización y en cada uno de ellos se aplica un incremento”. Evidentemente, todos se hicieron su “colchón”.

Control de precios

Afirmando que los comerciantes de proximidad no son formadores de precios, Figueredo indicó que “muchos piensan que somos los comerciantes los que aumentamos los precios de los productos pero esto no es así, somos ‘trasladistas’, estamos muy preocupados por el incremento de los costos ya que esto genera bajas en las ventas, sabemos que el vecino no puede consumir como quisiera”. Ante esta situación, el entrevistado sostuvo que “el Gobierno debiera controlar los precios de los productos cuando salen de la fábrica y no en un almacén que traslada el costo de lo que compra. Históricamente la Cámara estuvo en contra de la fijación de precios por parte del Gobierno pero visto el incremento desmedido de los costos es que creemos que el Ejecutivo debe intervenir en la formación de precios”.

Alimentos financiados

Un dato preocupante que debe ser tenido en cuenta tiene relación con las compras de alimentos con tarjetas de crédito. “Mientras la compra de alimentos sea efectuada en un solo pago y no financiada en varias, podemos pensar que es una estrategia para ganarle a la inflación pero que se compre alimentos en tres cuotas, por ejemplo, es una situación que nos pone en alerta porque la comida es un elemento de primera necesidad”.

Sin certezas ni expectativas

Consultado sobre las expectativas, el entrevistado expresó: “No tenemos expectativa alguna, ni para bien ni para mal. No hay certezas, solo incertidumbre y esto se ve reflejado en los números; la inflación no cesa y la modificación de precios es constante. La situación para los comerciantes de proximidad es crítica a pesar de que estamos hablando de comerciantes de alimentos que son productos básicos para la vida de cualquier ser humano”.

Controladores fiscales

Con vigencia desde el próximo 1º de abril, la Afip ha dispuesto la obligatoriedad de controladores fiscales en todos los comercios. Ante esta decisión, la Cámara de Alimentarios ha enviado una carta a la Federación Económica de Buenos Aires y a la Federación de Almaceneros y Autoservicistas ya que consideran que los comerciantes no están en condiciones de realizar una inversión, que ronda en los 35.000 pesos, para cumplir con la disposición de la Afip. “Nuestra postura no es caprichosa ya que entendemos y afirmamos que los comerciantes que representamos no están en condiciones de pagar lo que cuesta un controlador fiscal de nueva generación (la antigua caja registradora), entre 30.000 y 35.000 pesos. Otra opción que ofrece la Afip es la facturación online pero nadie piensa en lo engorroso de este trámite, sumado ello a la necesidad de contar con Internet”, explicó Figueredo. “A ello se suma que la inversión que genera la compra de un controlador de estas características no es posible por la crisis económica que atraviesan los comerciantes”, agregó.

En este marco es que Figueredo señaló que “si el Gobierno quiere controlar al comerciante le debiera dar una mano, por lo que en este caso debiera dotar al comerciante del controlador fiscal. Consideramos que los gobernantes deben darse cuenta de la situación por la que estamos pasando”.

Por todo lo expuesto es que el presidente de la CAP les pidió a los comerciantes que “no se desesperen” porque “al comercio que demuestre con sus ingresos que no puede comprar este controlador lo vamos a defender”. Y aclaró: “No queremos parecer evasores pero realmente no se puede” y cargó al Gobierno como “responsable de la economía que ha generado porque paralizó el consumo interno”. Para tratar este tema, el próximo martes, Figueredo asistirá a una reunión ya que fue convocado por la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires.


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