La campaña pasada se caracterizó por eventos climáticos extremos. El período crítico en soja de primera trascurrió su primera parte con un intenso calor y escasas precipitaciones. Esto derivó en la disminución de número de nudos productivos, mayor aborto de flores y vainas determinando así un techo al rinde. Las precipitaciones no sólo llegaron tarde para la oleaginosa sino que presentaron cuantiosos acumulados de lluvias que produjeron excesos y proliferación de enfermedades.
Según la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario, el noreste bonaerense, la zona más afectada por este evento, totalizó en siete días 400 milímetros.
El informe de la GEA señala que, tomando la campaña 2013/2014 como referencia, es interesante analizar el contraste de las condiciones climáticas con la presente campaña 2014/2015. Estamos terminando el período crítico de soja que, según la zona, el cultivar y la fecha de siembra, varía entre mediados de enero y mediados de febrero. La soja de primera recibió precipitaciones abundantes y adecuadamente distribuidas durante enero y en lo que va de febrero. Las temperaturas máximas no fueron extremas y hubo temperaturas mínimas menores a los parámetros de la estación, pero sin afectar al cultivo. Ante este óptimo escenario climático, las estimaciones de rindes a la fecha se mantienen firmes en los 40 qq/ha, concluye el informe.