Llevan varios meses dañados y pintados con aerosol. Incluso ni siquiera está el busto de la representación artística del almirante y mucho menos la placa. El monolito a la Madre y el mástil también son víctimas de la desidia.
En un pésimo y lastimoso estado se encuentran los monumentos de la Plaza Almirante Brown del barrio Acevedo, el espacio público situado entre las calles Roque Sáenz Peña, Salta, Mendoza y Ramón Raimundo. Los grafittis y los daños totales en algunos sectores dejan al descubierto el vandalismo y la desidia con la que actúan los que cometen este tipo de sucesos. Posiblemente sea un grupo reducido de la sociedad el que genera estos acontecimientos, pero la realidad es que ataca directamente a los vecinos del lugar que sí desean disfrutar de ese espacio al aire libre.
Si bien el verde de la plaza y los árboles no fueron lastimados, los monumentos son los que desde hace varios meses se llevan la peor parte. Una postal de ello la refleja el homenaje artístico a Guillermo Brown, dado que sólo quedó la base del busto que representaba al Almirante. Ni siquiera quedó la placa, ahora sólo se puede observar la escritura azul en aerosol sobre el blanco del pie del monumento.
El mástil de la Plaza Almirante Brown, cargado de grafittis o escrituras en aerosol. Acumula meses en este estado. (LA OPINION)
Algo similar ocurre con el monumento a la Madre, la representación artística en honor a las madres que en Pergamino se encuentra en la Plaza Almirante Brown. Aunque la figura de una mujer con un bebé en brazos se sostiene, la misma luce desteñida producto del escaso mantenimiento. Tampoco el mástil pasó por desapercibido para los vándalos, que se ocuparon de cargarlo de grafittis. El estado de ellos genera indignación y alimentan la falta de cuidado de ese paseo público.