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Lucila De Ponti disertó sobre “Mujeres y economía” en la Cátedra de Género


 La legisladora (en el centro) junto a las mujeres de la Juntada Feminista que son quienes organizan los encuentros (LA OPINION)

'' La legisladora (en el centro) junto a las mujeres de la Juntada Feminista, que son quienes organizan los encuentros. (LA OPINION)

La diputada nacional abordó la temática del “Trabajo no remunerado y tareas del cuidado” y puso el foco en la precarización que existe en el mercado laboral de las empleadas domésticas, labor que “son realizadas como fuente de ingreso, pero que todavía no tienen un marco legal suficiente en las instituciones laborales argentinas”.


Se concretó el cuarto encuentro de la Cátedra Libre de Género y ESI en el marco de los DD.HH. "María Inés Carro". En esta oportunidad el tema analizado fue: “Mujeres y la economía popular” y disertó la diputada nacional Lucila De Ponti, que se explayó en la temática "Trabajo no remunerado y tareas del cuidado".

En contacto con LA OPINION Lucila De Ponti explicó que “el objetivo de estos encuentros es charlar sobre la precarización y exclusión de algunas mujeres del mercado de trabajo, fundamentalmente poniendo el foco en las tareas de cuidado, los trabajos domésticos que no son reconocidos, y que muchas veces son realizados como fuente de ingreso, pero que todavía no tienen un marco legal suficiente en las instituciones laborales argentinas”.

Dimensiones de la violencia

Estableciendo que el concepto de violencia de género se aplica puertas adentro, cuando se trata de una problemática intrafamiliar, pero también puertas afuera con la precarización laboral que sobrellevan muchas, la diputada señaló que “la violencia tiene distintas dimensiones. Una forma de violencia institucional hacia las mujeres tiene que ver con no poder generar instituciones, legalidad y normativas que protejan a las mujeres que ponemos nuestro esfuerzo, por un lado para lograr que se sostenga la supervivencia de la población a través de la realización de tareas domésticas; por otro lado hay muchos trabajos que realizamos y que no son reconocidos, al igual que muchos otros trabajos en el marco de la economía popular, donde la mujer tiene un lugar protagonista llevando adelante este tipo de tareas que son naturalizadas, consideradas parte del rol en el marco de los estereotipos que hay construidos acerca del lugar de la mujer en la sociedad”.

Más igualdad

En este mismo sentido, De Ponti explicó que “en el mundo del trabajo existen disputas de poder, por los puestos, y en general vemos que las mujeres hacemos el trabajo que es catalogado como trabajo para mujeres, que en varias oportunidades, son los peores remunerados, los que se hacen en peores condiciones y con menor reconocimiento, mientras que los varones han sido siempre los que ocuparon los lugares centrales en el trabajo. Esto forma parte de esta discusión tan rica y tan importante que se está dando en Argentina acerca de cómo construir una sociedad más igualitaria, también desde el punto de vista económico y del trabajo”.

Licencia por familia

En otro orden de temas, la diputada fue consultada sobre las licencias que se otorgan a los trabajadores. “En el Congreso tenemos una cantidad enorme de proyectos que han sido presentados para empezar a discutir de a poco algunas de estas asignaciones de roles que se realizan según el género. Una de ellas tiene que ver con el cuidado de los hijos y las licencias expresan esto. Hemos presentado muchos proyectos para que se modifique el régimen de licencias y se establezca una licencia por nacimiento y por familia en vez de por maternidad, para que los cuidados de los niños puedan ser compartidos por el conjunto de las familias donde los padres o la persona no gestante tengan un rol fundamental. La legalidad del trabajo tiene que incitar a que esto ocurra”, explicó De Ponti.

Romper estereotipos

Respecto al quiebre de los estereotipos, lucha que se viene llevando adelante en la sociedad, señaló: “No es que las mujeres nacemos más capacitadas para limpiar, cocinar o cuidar a los chicos. Esto es algo que se nos asigna culturalmente y en términos numéricos vale destacar que las mujeres ocupamos el doble de tiempo que los varones contemplando las tareas de cuidado y domésticas. Esto tiene que empezar a cambiar, la normativa también debe acompañar este proceso de cambio. Que desde la educación se empiece a desconstruir estos roles para empezar a transitar situaciones de vida más igualitarios”.

- Este proceso de cambio ¿También incluye a las mujeres que aun tienen aferrada una construcción de pensamiento enraizada en el machismo?

- Sí porque el machismo es una construcción social, el patriarcado es un sistema de ordenamiento social que se ejerce no solo entre varones, por eso es parte y responsabilidad de todos desconstruir y transformar esta visión.

- ¿Cuál es el rol de las nuevas generaciones en este sentido?

- Generacionalmente hay un aprendizaje que también tiene que ver con las discusiones que la sociedad atraviesa, con los cambios culturales, con la Educación Sexual Integral que se imparte en los colegios a través de las que para un niño o niña resulta natural asumir cualquier tarea del hogar, tener distintos formatos de relaciones afectivas y esto nos parece muy bueno porque ayuda a tener una sociedad más igualitaria.

Fallas

Por último la legisladora expuso su visión sobre las fallas que existen en el círculo de asistencia a las víctimas de violencia de género: “El Estado en su conjunto está fallando. Hay una visibilización que tiene que ver con una transformación cultural y social que está produciéndose en nuestro país. El Estado es muy lento y de alguna manera se resiste a tomar nota de esto, lo podemos ver en la intervención del Poder Judicial como de las fuerzas policiales y el resto de los estamentos estatales que deben proteger, cuidar y ofrecer herramientas para la igualdad de oportunidades a las mujeres a fin de que éstas puedan romper y salir de las situaciones de violencia”. Y agregó que “las fallas las podemos identificar en distintas dimensiones. Es necesario seguir demandando, que el Estado transforme su normativa, que ponga en práctica herramientas mucho más eficientes para cuidar la vida de las mujeres, que la Justicia sea más eficiente, que la policía reciba más capacitaciones que le permitan intervenir de manera más adecuada. Son muchas las cosas que hay que hacer, pero el Estado viene lento en la generación de respuestas a estas problemáticas”.

Refiriéndose a la asignación de recursos, De Ponti aseguró que “los recursos son menores. Tenemos una asignación presupuestaria de 11 pesos por mujer por año, que está subejecutada por lo que en realidad se invierten nueve pesos por mujer por año, es una firma ínfima si se piensa que con eso hay que desarrollar políticas que erradiquen la violencia de género. Es muy preocupante la situación y muchas veces hay una distancia entre lo que se dice y lo que se hace en la práctica”.


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