Luis Nardi, retirado de sus empresas, disfruta la vida y analiza la realidad

Hace unos años decidió dejar los emprendimientos en manos de sus hijos y se colocó en el rol de consejero. Vive en su campo de General Gelly desde donde se enorgullece al mirar su trayectoria, se complace con el presente y se sigue ilusionando con el futuro.

Luis Nardi es un hombre que  hoy, a sus 77 años, disfruta de lo mucho que hizo durante más de seis décadas de trabajo. Y no solo de lo material se trata, sino que la retrospectiva lo lleva por un largo camino andado entre sueños, riesgos, alegrías, sinsabores, desafíos que lo hacen sentir realizado. Es dueño de una extensa trayectoria que lo coloca como uno de los más destacados empresarios de Pergamino. Y si bien no se lo puede considerar totalmente retirado de la actividad, hace un tiempo que decidió delegar las principales funciones empresariales en sus hijos, Luis y Rosana, y colocarse en una posición más honorífica que ejecutiva. Desde ahí –asegura- tiene otra perspectiva de las cosas de la vida, desde lo más complejo hasta la sencillez de un mate con su esposa.

Su baja exposición pública, sin embargo, sigue siendo una característica irrenunciable. Pero aceptó una entrevista con LA OPINION para contar qué es de su vida y brindar su punto de vista sobre diferentes cuestiones de la sociedad. Y en este punto es necesario resaltar el excelente vínculo que existe desde siempre entre Luis Nardi y sus empresas con el Diario. Habló de cómo transcurren sus días, su interacción con sus hijos y nietos, el acompañamiento de su esposa, el desarrollo de sus hobbies; además de la actualidad de sus empresas, la realidad del país y de la ciudad y también se tomó la licencia para opinar sobre un caso judicial resonante en Pergamino que tuvo resolución hace pocas horas. Puntualmente destacó la calidad de persona que es Carina Fajar (cuyo exesposo fue condenado por abuso contra menores) y, en la certeza de que fue una víctima más de caso, demostró su solidaridad para con ella.

-Luis, hace unos años que decidió retirarse de la vida empresarial activa pero sus empresas siguen funcionando. ¿Cómo quedaron organizadas?

- En este momento en OSE está de presidente mi hijo Luis, que la lleva de manera perfecta, es una empresa que creamos en el año 1972, es decir que tiene 45 años; cuenta con muchos empleados y diversos lugares en los que se presta servicio. Hace más de 10 años que yo no tengo injerencia en OSE, lo que no quiere decir que no intercambie puntos de vista con Luis y emita alguna opinión a pedido, pero en general no hace falta porque la verdad es que todo funciona muy bien.

AgroActiva es una empresa que ha llegado al liderazgo a nivel nacional y tiene y posicionamiento internacional muy trascendente. Para esta empresa encontré la gran solución en mi hija Rosana, que ni bien se recibió de arquitecta, además de llevar adelante su profesión comenzó a trabajare conmigo y con el hermano, de manera que fue aquilatando los suficientes conocimientos como para manejarse como presidenta. Es muy lúcida, se hizo muy conocida en el ambiente, se mueve mucho, se ha perfeccionado y puedo decir que estoy orgulloso de ver como Rosana está llevando AgroActiva.

El periódico ABC Rural es otro de los emprendimientos; en este caso soy el director pero el director periodístico, el que lo maneja, lo lleva, es Miguel Vencius, y me ayuda Sergio Morales, que a la vez es el gerente administrativo y financiero de AgroActiva. De ese modo es posible que yo vaya una vez por mes a diario, o menos.

Por último está el campo, cuya firma es Agroemprendimiento Litoral S.A. que es el lugar que elegí para establecerme. Allí resido, me gusta muchísimo, está pegado al pueblo de General Gelly y de esta empresa me encargo personalmente. No es que haga alguna tarea puntual que no sea la conducción y la supervisión, porque tengo muy buenos colaboradores ahí. 

-¿Cómo lleva esta nueva vida?

-No puedo decir que esté desagradado con la vida que llevo porque vivo muy bien; he tenido algunos inconvenientes de salud bastante serios que los he podido resolver a lo largo del tiempo y en ese sentido creo que ha ayudado mucho la tranquilidad personal y espiritual que he tenido. 

-Es de imaginar que al principio habrá extrañado mucho tantas actividades…

-El primer año de mi retiro fue duro, extrañaba muchísimo la actividad. Me manejo por mi cuenta desde los 15 años, vengo de un origen muy humilde y de repente no encontrar nada para hacer se tornó dificultoso. Pero después comencé a desarrollar mi hobby que es la talla de madera y trabajos en madera con un torno que lo hago en mi taller que está bastante bien montado, y alguna otra cosita que hago en el campo con la hacienda, además de los viajes, me transforman en un hombre feliz.

-¿Y la familia qué rol juega?

-Claro, por supuesto, tengo la bendición de tener siete nietos, todos divinos, los dos varones más grandes me acompañan a pesar al Paraná y ese es otro hobby que desarrollo a pleno. Los nietos son encantadores, tienen la particularidad que de buenas a primeras le hacen florecer a uno la ternura que tiene adentro y volcarla en esos afectos que son hermosos.

También tengo amigos. No he sido de tener muchos, encina algunos se me han muerto, pero me quedan otros que son verdaderamente amigos del alma, así que con ellos también comparto parte de mis días, especialmente mediante asados en mi campo y también cuando ellos me invitan. 

Además tengo una excelente relación de pareja. Soy divorciado y hace 30 años que estoy con Nidia, que me ha ayudado muchísimo en los momentos difíciles que he pasado, estuvo a mi lado permanentemente y más no puedo pedir.

-¿Hay alguna actividad que haya dejado postergada por algún motivo y ahora la disfruta?

-Yo bailaba el tango desde chico. Tenía una tía que me había enseñado algunos pasos, los rudimentos del tango. Y así bailé en las décadas de ’50 y el ’60 cuando el tango era una parte importante de nuestras vidas. Nunca fui un buen bailarín, sinceramente. Y después de ese tiempo no bailé más. Pero hace unos años algo de aquello volvió a mí pero tenía un inconveniente, y era que mi mujer, que es paraguaya, no solo que no bailaba el tango sino que tampoco lo escuchaba. De manera que un buen día se me ocurrió que quizá podíamos ir los dos a aprender todo ella y un poco más yo, y después comenzar a visitar las milongas de Pergamino y  la zona. Así tuve la suerte de encontrarme con una excelente profesora como Carina Fajar, quien como todos saben termina de pasar por momentos muy difíciles, y a través de ella que es un amor de chica y es mi amiga personal mia y de mi mujer, yo me fui perfeccionando, Nidia fue aprendiendo y tuve la suerte de que el tango se metiera en su vida, lo cual es muy bueno porque si al tango no lo sentís no lo podés bailar. Actualmente seguimos yendo a la academia y nos animamos a ir a bailar a las milongas y por lo menos no pasar vergüenza (risas).

Y ya que nombré a Carina Fajar, si se me permite quisiera referirme a lo que le sucedió en este último tiempo. Es un tema muy duro y puedo opinar sobre el particular porque estoy interiorizado de todo, se qué fue y cómo ocurrió. La señora Carina Fajar estaba casada con un señor al cual le enseñó todas las técnicas del tango y la casa en la que funcionaba la academia es muy amplia, cada cual tenía su grupo de alumnos y ella, al estar enamorada de su marido, lo que menos se lo ocurría era controlarlo. Este sujeto aprovechó esta circunstancia para cometer actos absolutamente repudiables, por lo que significan para las chicas que concurrían a aprender a bailar con él, todas menores de edad en ese momento, y que pasaron momentos repulsivos. Pasados muchos años esas chicas establecieron contactos y aparecieron sus traumas, sus dolores, sus aflicciones, y resolvieron demandar a este degenerado que estaba como profesor en la academia de Carina. El juez consideró probado el valor de las denuncias, lo detuvieron, actualmente está en la cárcel de Junín y hace pocos días las partes llegaron a un acuerdo para llevar adelante un juicio abreviado. En ese marco este señor fue condenado a 11 años y medio de cárcel, mientras que Carina fue una víctima más de este caso, porque tuvo un sufrimiento espantoso, primero al asumir lo que había pasado en su academia, se quedó a cargo de los hijos, tuvo que afrontar el repudio de una parte de la sociedad que no estaba lo suficientemente informada, en fin pasó tres años muy tristes, agobiantes, hasta que finalmente en este juicio abreviado fue condenada por una pena menor, sin inhabilitación porque puede seguir haciendo su trabajo de profesora. Se la responsabiliza por no haber ejercido un mayor control de lo que sucedía en su academia. Yo vi que eso terminó, Carina pagó muy caro porque hay que estar tres años metida en este asunto y ver las caras y las actitudes de mucha gente, pero hoy desde mi punto de vista está totalmente reivindicada y quiero decir finalmente que ansío que a partir de este momento las cosas se encarrilen para ella por su bienestar personal, porque además de ser una excelente  persona de bien, es una muy buena artista, una extraordinaria profesora y una persona de mucho valor. 

-¿Cuál es su mirada y análisis sobre la situación del campo argentino, un tema que usted conoce muy de cerca?

-El campo, a partir del año 2008, cuando se desencadenó el conflicto de la Resolución Nº 125, vivió postrado anímica y profesionalmente. Se llevó adelante una política obsesiva contra todo lo que olía a soja, trigo, maíz, manzana, pera, lo que fuere. Hubo un hostigamiento permanente, una burocracia que entorpecía todo y así la gente de campo que estaba aplastada por la hostilidad oficial, no bajó los brazos, siguió trabajando, pero con una situación anímica muy mala.

Desde ese entonces hasta hace un año se había paralizado prácticamente la venta de maquinaria agrícola, cuando el campo todo su ingreso lo canaliza a través de la renovación de sus herramientas. Así que cuando se produce la asunción del presidente Macri hay un suspiro de alivio, se renueva el entusiasmo y se registran algunas medidas que beneficiaron al sector. Persisten algunas cuestiones como las retenciones a la soja, aunque está la promesa de que con el tiempo se seguirán achicando hasta desaparecer. Eso ha dado lugar a cosechas récord, la de trigo por ejemplo se incrementó en un 48 por ciento; el maíz volvió a ser un cultivo rentable y la soja se achicó un 5 por ciento las retenciones y eso como primer paso fue muy bueno.

Sin embargo hay algunos sectores que manifiestan problemas…

El campo con todo esto ha retomado su entusiasmo y eso es fundamental, porque se siente reconocido. Hay dificultades en varios sectores, como el lechero o en economías regionales porque el campo tampoco está nadando en plata, pero por lo menos está volviendo a la normalidad. Eso es muy reconfortante para todos nosotros que estamos vinculados al campo y también lo es para el país.

-¿Cómo analiza la marcha del país tras la asunción de Mauricio Macri?

-Ha asumido un gobierno que yo voté. El presidente Macri como jefe de Gobierno nos visitó tres veces en AgroActiva, tuvimos la oportunidad de almorzar juntos, de acompañarlo y de saber de su vocación de ayudar al campo. Por supuesto que la situación del país no era la mejor cuando asumió la conducción del país. Tanto no era la mejor que ni siquiera pudo recibir el bastón y la banda de las manos de la persona que correspondía. También quizá pudo haber influido la inexperiencia y un poco de falta de conocimiento sobre las realidades que ocultan las capas burocráticas de nuestra querida administración pública, una carga que algún día nos tendremos que sacar de encima.

-¿Cree que va cumpliendo con lo que prometía en campaña?

-La mayor parte de las cosas que el ingeniero Macri prometió, las más importantes quizás, las está cumpliendo o está haciendo lo posible por cumplirlas. Esa apertura hacia la gente, ese interés por escuchar la opinión general cuando se toma alguna medida y en algunos casos se vuelve para atrás, se analiza otra vez y se logra una solución que más o menos deje conforme a las mayorías, es en definitiva muy positivo.

Se ha optado por un avance gradualista, no ha habido un shock ni de despidos ni de ajuste y ojalá que esta situación, gradualmente como parece ser la política oficial, llegue a buen destino.

-¿Qué opina sobre la oposición, cree que es constructiva o no?

-Reconozco la necesidad y el valor de la oposición. En una democracia, por más incipiente que sea como la nuestra, tiene que existir gente que se oponga, que haga saber a través de su voz otras opiniones distintas. Pero repudio absolutamente la violencia; a mi me agrede totalmente lo que agrede a otra persona. Por eso debo decir que no estoy de acuerdo con ciertas formas de violencia que se manifestaron, por ejemplo, durante la marcha de la CGT el pasado martes. No lo comparto porque así empiezan los odios, así empiezan los rencores profundos que en nuestra querida Argentina suelen terminar con sangre, y la sangre Dios quiera que nunca más tengamos que verla, sobre todo la derivada de la política. Así que si tenemos un Gobierno constitucional tenemos que respetarlo y apoyarlo dentro de lo posible. Tenemos que saber que la única forma de cambiar ese Gobierno si no nos gusta y de tomar otras políticas, es a través de un traspaso constitucional. Eso debe estar muy claro.

- ¿Cree que hay que darle más tiempo a este Gobierno para que muestre mejores resultados?

-En líneas generales siento que se respira otro aire en el país, hay contactos a nivel internacional que se van produciendo cada vez con mayor intensidad, ya no somos sustraídos del contexto de los países del mundo, y hacia el interior se ha terminado una forma de gobierno agresiva, prepotente, patotera. Las formas son diferentes, esperemos que en profundidad y para el bienestar de nuestra Argentina también se manifieste en los hechos, quizá con más fortaleza que hasta el momento.

-Cómo analiza la macha de Pergamino tras la asunción de Javier Martínez?

- Yo tengo una muy buena opinión de la gestión de Javier, no porque sea mi amigo, sino porque ha demostrado muchas virtudes y muchas ganas, acompañadas de una gran vocación de servicio, que demostró primero en el Club Douglas y ahora a través del ejercicio del poder en la Municipalidad. Veo que en la ciudad se están haciendo distintas obras que eran muy necesarias, y si bien es un hombre del partido gobernante en la Nación y la Provincia, gestiona muchísimo y está logrando cosas que me parece que de otra manera no se hubieran podido lograr. Por eso apoyo, elogio y ayudo en lo posible la gestión de Javier Martínez que me parece muy buena para la ciudad.

-Usted, antes de recalar en la actividad empresarial, fue un alto funcionario policial y por eso puede tener una opinión sobre lo que pudo haber pasado para que se desencadenara la tragedia en los calabozos de la Comisaría Primera…

- Mi reflexión con respecto a lo sucedido en los calabozos de la Comisaría Primera quizá sea lo suficientemente audaz, porque no estoy muy interiorizado en profundidad de los hechos. Pero todo hace suponer que fue producto de una situación propia de los detenidos. En los calabozos en verano las personas privadas de la libertad conviven con temperaturas de 40 grados o más y eso los pone muy nerviosos, irascibles. Se habría producido un incidente que pasó a revuelta, luego encendieron los colchones y de ahí las emanaciones de humo que habrían causado las muertes. No es mucho más lo que pueda arriesgar sobre ese hecho.

- Pero seguramente puede hacer un análisis sobre la situación de la inseguridad en general y en particular de la labor de la Policía…

-En cuanto a la situación general de inseguridad, es lamentable desde el punto de vista de las acciones del Poder Judicial bonaerense, es lamentable también desde la óptica de la fuerza que tiene la obligación de mantener el orden público que es la Policía, y también desde otras perspectivas. Ha hecho mucho mal la idea de que la brutal represión que se llevó adelante a través de la dictadura militar, esa tortura sistemática, esos hechos aberrantes como las muertes y las desapariciones, todo eso trajo como consecuencia una especie de repudio generalizado contra las fuerzas de seguridad que lo re contra comparto, y aflojó la mano en cuanto a la delincuencia común, motivada por la droga y muchas otras cosas que ha ido de a poco adueñándose de las calles. La Policía se ha ido desprofesionalizando, se ha ido desmejorando en cuanto a su capacitación (hemos visto que en la última etapa del gobernador Scioli incorporaban miles de chicos que se ponían una gorra en la cabeza, un arma en la cintura y eran policías cuando en realidad no tenían la más mínima capacitación y esa gente ahora está trabajando), y eso generó una situación que en algún momento hay que empezar a revertir. Se han creado organismos de control que de hecho no sirven porque nadie controla nada, y se ha perdido la concepción de la verticalidad de una fuerza de estas características. Por eso digo que la Policía se ha horizontalizado, la corrupción se ha difundido, de manera que aquellos funcionarios que mantienen una actitud constructiva y profesional se encuentran con muchísimas dificultades como para transmitir eso hacia abajo. Espero que a través de esta nueva pata del país se consiga más o menos un mejoramiento en ese sentido.