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Pediatría, una especialidad cada vez menos elegida


 La jefa del Servicio residentes y exresidentes de Pediatría del Hospital hablaron sobre la especialidad (LA OPINION)

'' La jefa del Servicio, residentes y exresidentes de Pediatría del Hospital hablaron sobre la especialidad. (LA OPINION)

Tal como sucede con la neonatología, aunque son disciplinas altamente requeridas, cada vez son menos los aspirantes a ingresar a las residencias. La alternativa de cursos que otorgan la especialidad compite con una modalidad que aporta el nivel de formación necesario.


Hace unos días un informe publicado por LA OPINION daba cuenta de la necesidad del sistema sanitario de contar con neonatólogos, una especialidad que aunque se ofrece en el sistema de residencias, no siempre es elegida por el nivel de exigencia que supone. Algo similar sucede con la pediatría, una disciplina altamente requerida en el campo de la medicina y que, a la luz de los datos que surgen de los ingresos a las unidades de residencia, cada vez es menos elegida entre las opciones de formación que se proponen dentro de las especialidades médicas.

En el Hospital Interzonal General de Agudos San José funciona una Unidad de Residencia que tiene un prestigio ganado en el entrenamiento de los profesionales que ingresan para obtener su título de especialistas. En una visita realizada al Servicio de Pediatría, distintos testimonios describen el contexto actual y los desafíos que plantea un campo que exige cada vez de mayor especialización y que es requerido tanto en el sistema público como privado de salud por su relevancia.

Para la producción de este informe LA OPINION tomó testimonio a varios referentes de la Unidad de Residencia de Pediatría del Hospital, al tiempo que dialogó con residentes y exresidentes que hoy se desempeñan como profesionales en el establecimiento sanitario. En una entrevista concedida a este medio, Agustina Sansone y Marcos Buzetti, residentes de cuarto año; María Elena Vicente, residente de primer año; María Juliana Safar, de la residencia articulada de Neonatología; y Lelia Barboza e Ivana Volovik, exresidentes y pediatras de Guardia, relataron su experiencia en la formación y trazaron un panorama de la especialidad en el aspecto laboral.

Asimismo, la doctora María Martha Rottini, jefa del Servicio de Pediatría y Neonatología del nosocomio se refirió a la importancia de la formación en el seno de la residencia y describió un contexto marcado por el número cada vez menor de profesionales que eligen hacer la especialidad con lo que ello implica para el sistema sanitario.

Falta de pediatras

María Marta Rottini, jefa del Servicio de Pediatría del nosocomio, señaló que el déficit de pediatras es una problemática que se da a nivel nacional y que afecta al sistema de salud en su conjunto. Así mencionó que en el Hospital funciona desde hace años la Unidad de Residencia donde profesionales se forman en la especialidad siguiendo rigurosos programas curriculares. Y admitió que “en el Servicio de Pediatría el lugar de los residentes es primordial porque con la práctica diaria cubren un montón de necesidades de recurso humano en la asistencia que ellos después le devuelven con sus conocimientos y con su trabajo en la institución”.

En lo que atañe a la especialidad, marcó que “lamentablemente cada vez se elige menos” y sostuvo que es un problema “común a todo el país”.

“Pediatría y Clínica son especialidades fuertes, pero cada vez son menos los profesionales que eligen ingresar al sistema de residencias en este campo y esto se da por múltiples factores asociados a la exigencia que supone el sistema”.

En este punto, y en coincidencia con lo referido por otros profesionales consultados, Rottini planteó que la existencia de cursos de posgrado que otorgan la especialidad sin hacer la residencia, de algún modo compite al momento de optar. Así describió que se trata de alternativas de formación que requieren viajar quincenalmente a un centro de formación sin necesidad de realizar el entrenamiento intensivo que supone la residencia a la que definió como “un sistema de formación con marcado prestigio y en el marco del cual los residentes han ganado muchos derechos como el descanso post guardia”.

Según refirió, actualmente en la Unidad de Residencia de Pediatría se están formando seis especialistas. Se trata de un campo que requiere cuatro años de formación y en el presente hay dos residentes de primer año; uno de segundo; y tres de cuarto.

Más información en el siguiente link: "Las dificultades para conseguir pediatras"

La mejor escuela

Para quienes eligen hacer la residencia en el Hospital para formarse como pediatras, el factor determinante para optar por ingreso fue la posibilidad de adquirir por este medio mayores conocimientos que los que brinda la facultad. Todos confesaron haber egresado del sistema universitario sin sentirse “del todo preparados para empezar a trabajar” y reconocieron sentir miedo de tomar contacto directo con los pacientes. Haber pasado por la residencia o estar transitando por ella les brindó “la confianza y las herramientas” que necesitan para desenvolverse en el terreno profesional en una de las especializaciones más sensibles del sistema sanitario como es la atención de niños.

Cada uno de los residentes y exresidentes consultados refirieron que en la Unidad de Residencia de Pediatría no solo realizan una práctica intensiva sino que se forman de la mano de otros médicos y aprenden a “mirar con otros ojos” en la dimensión que aporta el hospital público.

Aquellos que están dando sus primeros pasos en la formación, admiten que la residencia se les plantea como un desafío; y quienes ya están avanzados en el sistema- que para la especialidad de pediatra requiere de cuatro años- el balance es positivo a pesar de las falencias que tiene el sistema que muchas veces los sobrecarga en responsabilidades.

Aseguran que el paso por el hospital les ha resultado “la única manera de formarse para tener la especialidad” e insisten en que al egreso de la Universidad lo que se tiene es “mucha teoría” y en algunos casos “poca práctica”, algo que condiciona el ejercicio profesional en un campo que requiere de un entrenamiento minucioso y un conocimiento que “se adquiere día a día en el contacto directo con el paciente y con los pediatras formados”.

Todos los profesionales entrevistados afirman que la residencia es “sumamente necesaria para completar la formación” y sostienen que nunca podrían haber realizado la especialidad sin pasar por la residencia, en contraposición con lo que les ofrece un curso de especialización.

“Sabemos que la residencia cada vez se elige menos porque hay otras maneras de acceder a la especialidad, quizás sin el componente del esfuerzo que supone la residencia, pero también sin la experiencia que ésta aporta a la formación de un médico pediatra, sobre todo cuando se realiza en un hospital de estas características que atiende una casuística importante de casos pediátricos, no solo de Pergamino sino de una amplia región”, resaltaron en sus testimonios.

Quienes se forman para obtener la especialidad rotan por todos los sectores que supone la atención pediátrica dentro del sistema hospitalario. Aunque pasan la mayor parte del tiempo en la sala de internación, también realizan atención por consultorio y van a los Centros de Atención Primaria de la Salud, y realizan actividades en Terapia Intensiva Pediátrica, Neonatología y Guardia. Al mismo tiempo tienen la posibilidad de hacer rotaciones especiales en hospitales de niños de otras ciudades como Buenos Aires o Rosario para formarse en aspectos específicos.

Aunque cualquiera que vaya al Hospital los visualice en tareas asistenciales, la actividad que realizan está marcada por un riguroso calendario académico que implica la realización de exámenes y el aprendizaje de contenidos específicos. Toda la labor es guiada por instructores, en el caso del Hospital la instructora de la Residencia de Pediatría es la doctora Silvina Rocha. En lo asistencial, la tarea la concretan acompañados por médicos de planta y los profesionales del servicio de Guardia pediátrica también colaboran en el acompañamiento a los residentes.

 

Con lugar para todos

En relación con la expectativa de inserción laboral, quienes aún están en el sistema de residencias- que para la Provincia de Buenos Aires son rentadas a través de una beca que los profesionales perciben mientras dura su proceso de formación- reconocen que el poder quedarse trabajando en el Hospital aparece como “una expectativa real” por cuanto hay un déficit de profesionales. De hecho, varios de los profesionales consultados son exresidentes que actualmente se desempeñan como pediatras de Guardia y de sala dentro de la estructura hospitalaria. “En esta especialidad la salida laboral post residencia es posible porque se necesitan pediatras y aquellos que quieren quedarse a trabajar cuando egresan del sistema tienen la posibilidad de hacerlo”, sostuvieron.

En esta línea remarcaron que en el contexto actual “trabajo para el pediatra siempre hay” y recalcaron que la diferencia está en formarse o no formarse.

“Quienes nos formamos en el Hospital sabemos que quedarnos a trabajar aquí es mucho más fácil porque tenemos un conocimiento de la estructura y una práctica que no hubiéramos adquirido en otra instancia de formación. Todavía hay lugar para todos”, destacaron.


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