Pesar por el fallecimiento de Irma Doris Annan viuda de Pacífico

Chela, como la llamaban quienes la conocían, fue integrante de dos familias tradicionales de Pergamino: los Annan y los Pacífico. Falleció el sábado pasado a los 86 años de edad.

El pasado sábado, a sus 86 años, falleció en nuestra ciudad Irma Doris Annan de Pacífico.

Chela, como la llamaban quienes la conocían, fue integrante de dos familias tradicionales de Pergamino: los Annan y los Pacífico.

Su sobrino, el presbítero Miguel Angel Nadur Dalla, la recordó con afecto y escribió unas sentidas líneas a modo de homenaje que LA OPINION transcribe a continuación.

Titulado: “Una vida entregada a Dios”, el escrito reza: “Irma Doris ‘Chela’ Annan de Pacífico nació en Pergamino en 1932, en el seno de una familia de inmigrantes árabes. Fueron sus padres Don Isaac Elías Annan y Doña Nacima Rasuk. Fue miembro de una laboriosa familia dedicada primero al comercio de ropa y telas, y luego a la producción de indumentaria. Sus hermanos varones Moisés, Alfredo, Antonio y Adolfo formaron la empresa Annan de Pergamino. La familia se completaba con tres mujeres: Florinda, Chela y Lidia, esta última es la única que se encuentra viva, y reside en la ciudad de Buenos Aires.

“Chela fue docente de colegios secundarios en nuestra ciudad. Contrajo nupcias con Don Juan Carlos Pacífico, de profesión farmacéutico, ya fallecido. De esta unión surgieron cuatro hijos: Juan Carlos (h), Marcelo y Pablo (los tres abogados y residentes en Pergamino) y Andrea, residente en Santa Fe.

“Jubilada de la docencia, estando ya casados sus hijos, y sobre todo después de la viudez, Chela profundizó su inserción en la Iglesia. Participó durante varios años de un grupo de oración en silencio en la comunidad de las Hermanas Adoratrices. Colaboró activamente con las Hermanas del Huerto en la atención de los fieles que a diario llegaban a la capilla a visitar la tumba de María Crescencia Pérez.

“De un temperamento humilde y servicial, realizó grandes obras en silencio, como el sostenimiento de los gastos de algunos seminaristas hasta que llegaron a la ordenación sacerdotal.

“Tuvo una abnegada aceptación de su enfermedad y en las últimas semanas le manifestaba a sus seres queridos que tenía alegría por ir al encuentro con Dios y con sus padres. Partió de este mundo el pasado 7 de abril en la víspera del día de la Misericordia Divina”.