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Bajo el lema “Madre de la Vida vamos a tu encuentro”, feligreses de Pergamino y de otras ciudades de la Diócesis estarán culminando al mediodía el trayecto que los depositará a los pies de María, en la Basílica. El obispo Hugo Santiago, los recibirá y celebrará misa.
El pasado domingo, desde diferentes ciudades de la Diócesis de San Nicolás, partieron numerosos peregrinos con el objetivo de llegar a la Basílica de Luján, realizando esta gran demostración de fe, sin importar el cansancio, las inclemencias del tiempo o los obstáculos que pudieran presentarse en los siete días de procesión. Este encuentro de fe en el camino siempre se ve enriquecido por los testimonios de vida y esperanza que vuelcan los peregrinos, personas que hacen un alto en sus vidas y encuentran en este gesto una manera de agradecer a la Virgen o bien de exteriorizar su clamor.
Luego de caminar más de 180 kilómetros, los peregrinos llegarán hoy al mediodía a la Basílica, donde los esperará el obispo Hugo Santiago, acompañado de los sacerdotes de la Diócesis, para celebrar la misa de bienvenida.
Desde Pergamino
El domingo pasado, desde la Parroquia Nuestra Señora de Luján y desde Fátima, más de cien pergaminenses emprendieron, con las imágenes de la Virgen del Luján en sus hombros, el camino hacia la casa de la Madre.
Son más de 180 kilómetros lo que los peregrinos han caminado uniendo distintas localidades: Urquiza, Arrecifes, Capitán Sarmiento, San Antonio de Areco, San Andrés de Giles y Cortínez, lugar en el que permanecieron ayer en una jornada de descanso y misión.
Hoy, desde las primeras horas de la mañana, los caminantes partirán desde Cortínez rumbo a la Basílica, donde junto a las demás columnas de feligreses que partieron desde otros puntos de la Diócesis compartirán la alegría de llegar en comunidad a la casa de la Madre del Luján. Tras la algarabía de la llegada, se celebrará la Misa de los Peregrinos, a las 12:00, que será precedida por el obispo de la Diócesis de San Nicolás, monseñor Hugo Santiago y concelebrada por diferentes sacerdotes y seminaristas de la Diócesis.
¿Cómo surgió?
La procesión diocesana nació en la década del 50, cuando un grupo de seminaristas decidió acercar a María y la Palabra de Dios a jóvenes de la comunidad nicoleña.
Formalmente, fue el obispo de la Diócesis Silvino Martínez quien convocó a todas las ciudades a participar de esta muestra de fe. Su arenga fue: “Iremos a Luján a depositar a los pies de la Virgen nuestros anhelos de fe, angustias, gratitud, pedidos, amor y confianza de hijos. Le pediremos la vuelta a la fe de los que la abandonaron y la conversión de los pecadores, que los buenos se santifiquen más. Pediremos la paz y concordia entre los individuos y las naciones, que la Iglesia católica goce de plena libertad. A estas intenciones agregamos que se acrecienten las vocaciones sacerdotales y religiosas y que esta peregrinación sea el inicio de una serie de peregrinaciones anuales que la Diócesis no interrumpa jamás”.
La convocatoria tuvo una muy buena aceptación entre los fieles, que año a año fueron siendo más, y desde entonces se realiza de manera ininterrumpida.
En los comienzos todas las ciudades de la Diócesis (San Nicolás, Pergamino, Arrecifes, San Pedro, Ramallo, Colón, Rojas y Salto) peregrinaban de manera conjunta pero, con el paso de los años, cada uno fue tomando una ruta diferente. Por cuestiones organizativas y de alojamiento es que se decidió dividir la peregrinación en distintas columnas, aunque todos están bajo el mismo objetivo de llevar sus ofrendas, pedidos y agradecimientos a la Madre celestial.
