Juicio Rodríguez: un testigo clave complicó seriamente a los hermanos Escalera

Entre la rueda de testimonios se escuchó a un joven cercano a la familia de los acusados que brindó detalles sumamente importantes en la causa. Reconstruyó los momentos previos y posteriores al asesinato del joven de 21 años en un camino rural.

Los integrantes del Tribunal Oral Criminal (TOC) de Pergamino integrado por Danilo Cuestas, Miguel Angel Gaspari y Guillermo Burrone, decidieron ayer al mediodía pasar a un cuarto intermedio hasta hoy, a las 10:00, donde será el momento de los alegatos en el juicio por la muerte de Mario Carlos Rodríguez ocurrido en la mañana del domingo 12 de febrero del año pasado en un camino rural, a unos 400 metros de la ruta Nº 188 (cercano kilómetro 93), siendo los hermanos Roberto Oscar y Juan Manuel Escalera de 22 y 31 años los únicos acusados de homicidio simple (previsto en el artículo 79 del Código Penal) y podrían recibir una pena de entre 8 y 25 años de prisión. Según pudo saber LA OPINION por fuentes cercanas a la investigación, es muy probable que reciban 18 años de cárcel.

En la mañana de ayer nuevamente se hicieron presentes los familiares de “Marito” como le decían a la victima, que con total respeto y atención, escucharon los testimonios de nuevos testigos entre los que se encontraba un efectivos de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) Pergamino, una integrante de la Policía Científica, la tía abuela de los acusados (efectivo policial con 30 años de servicio) y un primo de la víctima y también cercano a uno de los detenidos (era la pareja de su madre al momento de los hechos) que con su relato reconstruyó los momentos previos y posteriores a la muerte de Rodríguez hasta incluso reconoció la cuchilla que habrían utilizado los Escalera para dar muerte a Mario en la mañana calurosa de febrero de 2018.

El fiscal Pablo Santamarina, titular de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 8, realizó un trabajo destacado que dejó conformes a los familiares de Rodríguez que entre lágrimas volvieron a pedir justicia para que “Marito” pueda descansar en paz.

Por su parte los doctores Rodolfo Migliaro y Lucas Walter, encargados de la defensa de los hermanos Escalera, tuvieron una segunda jornada que complicó aún más a sus clientes quienes estuvieron en la sala acompañados por una importante custodia del Servicio Penitenciario Bonaerense.

Hoy alegatos

Esta mañana, desde las 10:00, será el turno de los alegatos y en esta oportunidad tanto Santamarina como Migliaro y Walter tendrá la oportunidad de decir sus últimas palabras en los alegatos y luego será el turno de la sentencia que se conocería los primeros días del próximo mes, aunque por las pruebas aportadas desde la Fiscalía se especula con una dura condena.

Homicidio

Alrededor de las 10:00 del domingo 12 de febrero de 2018, un grupo de trabajadores de la prestadora de servicios médicos viajaba con destino a Rojas y observaron delante de ellos a un vehículo Volkswagen Gol Power, de color negro, con tres jóvenes a bordo, que realizaba maniobras imprudentes en forma de zigzag, cruzándose al carril contrario.

Una vez que lograron sobrepasarlo alertaron mediante señas de luces a los vehículos que iban en dirección opuesta para que tuviesen cuidado, pero repentinamente lo perdieron de vista en el espejo retrovisor y quienes los acompañaban observaron una nube de polvo que se levantaba en la banquina. Temiendo que se tratara de un accidente, decidieron regresar, pero se sorprendieron al observar que el automóvil se encontraba estacionado sobre un camino rural, a unos 400 metros de la ruta Nº 188 y que dos sujetos golpeaban a un tercero, para luego prender fuego algunos papeles y darse a la fuga.

Ante esa situación los testigos alertaron a la Policía y minutos más tarde se hicieron presentes efectivos policiales de diferentes dependencias. El cuerpo se hallaba sobre una cuneta a la vera de un camino de tierra. Llevaba un pantalón de jeans color azul y un par de zapatillas negras, tenía signos de haber sido agredido a golpes y apuñalado con un arma blanca. A escasos centímetros de la víctima hallaron documentación quemada, por lo que se presume que los agresores intentaron eliminar pruebas para retrasar la identificación. Sobre el camino también se podía observar una mancha de sangre de unos cuarenta centímetros de diámetro.